En la Copa América se observó una falta de variantes de sistemas de juego. La primera fase se caracterizó por los partidos tácticos y defensivos, que se jugaron en la mitad del campo. La mayor parte de los partidos fueron empates cerrados. Es decir, existió un fútbol mezquino tomando en cuenta las estrellas de las selecciones. Solo equipos como Colombia tuvieron el temperamento y la actitud en la primera fase. Venezuela, en cambio, sorprendió por su vocación ofensiva.
Usted dice que faltaron variantes de esquemas de juego en la Copa. ¿Por qué ocurrió esto?
Esto se explica por las estrategias que emplearon los técnicos en los primeros partidos. Ellos jugaron a no perder. En un torneo como la Copa se pueden hacer cálculos con los resultados y se puede ver que los empates dejan con vida a los equipos. Por eso, en los primeros juegos se impusieron los sistemas tácticos de conveniencia.
Pese a estos sistemas de conveniencia, en la Copa se evidenció el progreso de selecciones como Venezuela y Perú…
Venezuela ya lleva un proceso de ocho años, que empezó con dedicación en las categorías formativas. Hoy esa selección tiene una mentalidad ofensiva, al igual que Brasil. Perú tuvo un resurgimiento y Uruguay fue un equipo modesto, unido, aguerrido con potencia para ganar. Las finales no se juegan, se ganan. Y eso lo demostró Uruguay en la Copa América. La modestia volvió al fútbol de Sudamérica.
¿Cómo se explica ese proceso de Venezuela en la región?
Existe un aspecto clave para entender el progreso de Venezuela en el fútbol y ese es el trabajo de marketing. En Venezuela, el béisbol y el boxeo son los deportes preferidos, pero ahí se dieron cuenta que debían invertir y promocionar el fútbol. Esto para estar a la par de lo que el mundo consume. Venezuela entendió que no debía aislarse y empezó a invertir en formativas. Por ello, ahora demuestra sus avances. En la Copa debió ser finalista, pero le anularon un gol válido. Este trabajo ha sido respaldado por la continuidad de un proceso y de un entrenador. Venezuela ahora no renuncia al triunfo y demuestra que tiene actitud.
¿A qué se refiere con actitud?
La actitud es la autoestima de una selección y esto influye mucho en el rendimiento. Los venezolanos siempre han tenido una buena estima. Antes, el venezolano siempre ganaba bien en viáticos. Recuerdo que en torneos sudamericanos, ellos recibían hasta USD 20 para sus viáticos, mientras que nosotros USD 3. Ellos son un país con desarrollo petrolero. Eso les ha dado personalidad. Pero a diferencia de los argentinos, ellos respetaron a sus rivales y eso les ayudó.
Precisamente, ¿cómo se entiende que Argentina haya fracasado con 22 jugadores que actúan en el extranjero y que Venezuela haya llegado a las semifinales?
Los venezolanos, al igual que los argentinos, tienen una fuerte autoestima. Pero ellos respetaron a los otros equipos y se hicieron respetar. En cambio, Argentina creyó que solo con Lionel Messi o Carlos Tévez podía ser campeón. Los argentinos jugaron solo con el nombre de sus jugadores.
¿La abundancia de jugadores que actúan fuera de un país puede complicar al seleccionador?
Desde mi experiencia como DT, puedo decir que cualquier sistema de juego no sirve si es que no hay entrega de los jugadores. Es cierto que el DT puede tener problemas cuando tiene a jugadores fuera de su país. Pero en Argentina faltó compromiso. Esto se evidenció en el partido ante Uruguay. Los jugadores no le dieron la voz al técnico. A Sergio Batista no le permitieron escoger a los jugadores que debían patear los penales.
En Perú, en cambio, sobresalió la dirección del entrenador Sergio Markarián. ¿Cuánto puede influir la dirección de un entrenador en una selección?
Él es un tipo experimentado, que ha inculcado respeto a sus jugadores. Eso le dio una buena ventaja. Perú siempre ha contado con buenos jugadores y eso debió haber recalcado Markarián.
Pero Markarián apenas lleva un año en la dirección técnica de Perú y esa selección venía con problemas de indisciplina. ¿Cómo se explica el cambio?
La experiencia es un factor importante y Markarián la tiene y debió haberla aplicado. Habría que conocer internamente cómo logró que sus jugadores crean en sí mismos.
Ecuador, en cambio, mantuvo su racha negativa y fue eliminado en primera ronda de la Copa. ¿Cuál es su lectura de la Tri?
El principal problema de Ecuador fue grupal. Me sorprendió una declaración de Néicer Reasco, quien dijo que en la Selección eran compañeros, pero no amigos. Además, en los partidos de preparación, Ecuador nunca repitió un equipo titular. Pero ante Brasil se vio un cambio y un Ecuador diferente. Eso dio esperanzas.
Con esto, ¿cómo se prevé el panorama de Ecuador en las eliminatorias al Mundial?
Ecuador está obligado a mejorar. Brasil ya tiene cupo fijo, Argentina cambiará con el remezón interno. Uruguay y Paraguay demostraron su progreso. Por eso, a Ecuador le tocará pelear el quinto cupo al Mundial.