En el fútbol, los jugadores experimentados, quienes llevan más de 10 años en las canchas, guardan varios secretos para mantener un buen estado físico y rendir con el balón. La clave no está solo en lo futbolístico, sino también en su cuidado personal.
Uno de ellos es Marcelo Fleitas, quien se despierta todos los días a las 06:00. Antes de desayunar, con su esposa y sus tres hijos, realiza 15 minutos de ejercicios de estiramientos. Tener esa rutina al despertar es parte del “entrenamiento invisible” (una frase común usada por los entrenadores, médicos y preparadores físicos del fútbol) que realiza el defensa de Emelec de 37 años.
Comer sano y descansar de tres a cuatro horas es fundamental en el día a día de este futbolista que vive en Ecuador desde hace 11 años. Esa disciplina la heredó de su padre y la ha aplicado desde que empezó su carrera futbolística en 1989, en el club Leandro Alem, de la tercera división del fútbol argentino.
La buena alimentación y el descanso son fundamentales para Fleitas a la hora de recobrar energía luego de un partido. Su dieta diaria está compuesta por alimentos que contienen carbohidratos, potasio. Es amante de los tubérculos, legumbres y las frutas, las cuales le aportan proteínas, vitamina B y minerales.
Fleitas, nacido en Uruguay, lleva un régimen estricto de alimentación para estar en forma. Los alimentos ricos en proteínas están en su mesa tres veces a la semana. Come carnes rojas, cuatro veces por mes, cuando realiza junto con su familia y amigos el tradicional asado argentino.
Los alimentos fritos están prohibidos en su casa. Mariana Galiotti, esposa y novia desde los 18 años, es la nutricionista. Ella también se adaptó al régimen de Marcelo. Mariana era consumidora de comida chatarra (hamburguesas, papas fritas), pero desde que empezó a salir con Marcelo sus gustos cambiaron. “De vez en cuando vamos a comer a Mc Donals, pero lo positivo es que nuestros hijos se acostumbraron a comer bien”, reveló la esposa.
La siesta es un ritual dentro de la familia Fleitas – Galiotti. Después de almorzar, al volver de los entrenamientos, Marcelo duerme cuatro horas. Por la noche se acuesta cerca de las 23:00. “Cuando hay fútbol o vamos al cine con mi familia me acuesto un poco más tarde”, confesó el futbolista del Emelec y que antes estuvo en el Olmedo, Cuenca y Barcelona.
Según Ernesto Amador, miembro del cuerpo médico de Emelec, el descanso “es vital” en todo deportista, más aun cuando este supera los 30 años. “Un jugador de 37 años no tiene el mismo proceso de recuperación que uno de 18 ó 20”, analizó el galeno.
El entrenamiento en piscina es también fundamental luego de un partido de fútbol, según el preparador físico de los azules Mauricio Marchetti. Después de cada juego, los jugadores azules que estuvieron en el equipo titular realizan trabajos de relajamiento muscular en la piscina. Paralelo a esto sumergen tanques con agua fría por el lapso de 15 minutos.
Ese tratamiento es implementado en Emelec desde hace tres años. Así se pretende desinflamar golpes y contracturas musculares producidas durante los cotejos. A Fleitas, por ejemplo, le ha servido para recuperarse de una lesión de pubalgia (inflamación del pubis) que lo aqueja desde hace un año.
Al mediocampista Édison Méndez, este tratamiento le ha ayudado a relajar sus músculos. Para él, el descanso es también básico para recuperarse físicamente después de un partido de fútbol.
Según el ‘Kinito’, de 32 años y con una trayectoria de 14 años en el fútbol, jugar en la Costa es más desgastante que hacerlo en la Sierra, por eso -desde que juega en Emelec- privilegia más el descanso. Duerme nueve horas y desayuna frutas, yogur y cereales. Su dieta diaria está compuesta por verduras, frutas, granos, legumbres, cereales, carne sin grasa, pescado, productos lácteos y aceites no saturados. Él es partidario de elaborar el menú semanal de los platos que se consumen en su casa. Ese cambio alimenticio lo realizó en los últimos dos años.
Según Amador, el hierro, cobre, magnesio, sodio, zinc y las vitaminas A, C, E, B6 y B12, son indispensables para un buen rendimiento físico. Él cuenta que incluso los jugadores se acercan a él para pedirle consejos respecto a su alimentación y cuidado diario.
El descanso es importante también en el entrenamiento de Méndez. Él duerme un promedio de tres horas en las tardes.
A los 37 años, Wellington es el ejemplo del Independiente
Wellington Sánchez cuenta cada uno de los granos que se mete a su boca. Su nutrición es esencial. Él mantiene una dieta rica en carbohidratos, frutas, minerales, vegetales y proteínas, procura no ingerir grasas ni carnes rojas, y solo esporádicamente consume comida rápida. Además, intenta comer cinco veces al día “no en cantidad, sino en calidad”.
A Sánchez, de 37 años, lo que más le ha ayudado a él en su carrera es su preparación física que tuvo en clubes como El Nacional y Emelec. Él es radical con su cuidado personal. “Siempre me gustó la preparación física y eso me ha dado buenos resultados. Hay jugadores que no les gusta mucho trabajar en eso”, agrega el ‘Cocoliso’, nacido en Ambato.
“Uno no debe hacer una carga más de la que dispone el preparador físico, porque luego exageras y en vez de hacerte un bien, te haces un mal”, revela.
Uno de los secretos del ambateño también está en el descanso, lo cual lo aprendió con los años. Para él, las malas noches acumulan cansancio y disminuyen el rendimiento en la cancha. “Mientras pasa el tiempo uno hace conciencia y se da cuenta que el fútbol es competitivo, y si no se tiene buen físico, no trasciendes”, revela. El mediocampista hace una siesta de una hora en la tarde.
Elizaga es el arquero que llega temprano y se va tarde
Marcelo Elizaga, arquero del Deportivo Quito, es uno de los jugadores activos con más experiencia. Tiene 39 años y actualmente es el golero de la Selección. Pablo Cisneros, médico del club chulla, es uno de los admiradores del jugador. “Marcelo se cuida muchísimo. Es un buen profesional y un ejemplo para la gente. No toma, no fuma, no sale hasta tarde. Se cuida en su alimentación. Hace sus actividades diarias de papá y esposo, pero nada fuera de eso”, revela. Según él, Elizaga se va a dormir entre las 20:00 y 22:00.
Elizaga, que antes jugó en Emelec, se entrena en la misma forma, como el resto de sus compañeros. Cumple cada uno de los ejercicios y también es uno de los líderes de su equipo. No toma ningún medicamento, ni suplemento nutricional. “El comparte lo que yo comparto, que esas cosas no valen”, asegura el doctor, quien trabaja con él desde hace 8 meses.
A los 34 años, Néicer Reasco no descansa
Para Néicer Reasco, extremo derecho de Liga de Quito, la clave está en realizar cada entrenamiento al 100%, esforzarse, concentrarse en todos los ejercicios y tomar las precauciones pertinentes con las malas noches. “Porque si no te recuperas bien, eso te puede jugar en contra”, agrega.
El futbolista de 34 años se ha entrenado todos los días, desde diciembre del año pasad. Lo hace entre dos y tres horas al día, y alterna la parte física con la táctica, dependiendo de los partidos que haya en la semana.
Su práctica es igual de intensa que la de sus compañeros. Él corre al mismo ritmo, se tira al piso, disputa cada pelota como un adolescente. “Hay ocasiones que no se puede cumplir con el trabajo técnico que manda el profesor, pero si te entrenas al 90%, tú mejoras físicamente. Eso nadie te lo puede quitar, en cambio lo técnico se puede recuperar”, sostiene el defensa que se inició en el fútbol a los 17 años, en 1994.
El ex jugador del Sao Paulo de Brasil entra al sauna, al hidromasaje y luego se baña en agua fría, ya que así se pueden prevenir lesiones. Esto lo hace con frecuencia, especialmente luego de jugar varios partidos seguidos.
En la alimentación, el futbolista de la ‘U’ no sigue un régimen especial. Él come de todo. Y fue por ello que le costó dejar su natal Esmeraldas, pues allá disfrutaba de los encocados y del arroz en el desayuno. Aunque ahora no mantiene una dieta específica, dice que se pesa todos los días y que si sube un kilo empieza a comer ‘light’, en donde incluye más verduras y menos arroz.
Además, asiste al gimnasio una hora diaria para fortalecer los músculos y trabajar en lo que sienta necesario. “No tengo programado los ejercicios diarios, sino que hago lo que me pida el cuerpo en ese momento”, revela.
‘El simpático’, como dicen a Reasco, suele llegar, con Ulises de la Cruz (de 37 años), media hora antes a las prácticas en el complejo de Pomasqui para realizar trabajos en el gimnasio. Los dos llevan una vida seria, más de hogar, y a la vez cuidan su peso, admite Juan Barriga, médico del club.