Los goleros se adaptan a los entrenamientos en sus hogares

Damián frascarelli (der.), de Aucas, Adrián Bone, golero de Emelec.

Un día después de que Liga de Quito regresara a la capital tras la paralización del campeonato, Adrián Gabbarini se dirigió al complejo de Pomasqui y pidió prestados algunos implementos para trabajar en casa. El capitán de los albos creía que la cuarentena sería cuestión de días y no quería desaprovechar el tiempo.
Con autorización de Humberto Pretti, preparador de arqueros de Liga, el argentino pudo mantener una rutina lo más parecida a la que se hacía en el complejo. Con los días de encierro y la necesidad de realizar movimiento de reacción, fue adquiriendo herramientas.
En su tableta, que utiliza para todo, revisa las rutinas y pone en práctica los trabajos que le encomienda su entrenador. Incluso se bajó unas aplicaciones que le permiten fortalecer algunos aspectos como la agilidad y la toma de decisiones.
“Al primer día de cuarentena fui al club y pedí prestado algunos implementos de gimnasio. Pensé que iba a estar unos 15 días encerrado. Pero después tuve que ir comprando más. He adquirido algunos implementos para hacer todo lo que Humberto me pide”, asegura Gabbarini.
El golero de 34 años reconoce que los trabajos en casa no se comparan con lo que se hacen en la cancha. Teme que al volver a la actividad no tenga el ritmo y la seguridad que mostró en las primeras fechas de la LigaPro y en Copa Libertadores, donde incluso ya atajó un penal ante Barcelona.
Pretti y el entrenador Pablo Repetto han organizado un plan de entrenamiento para ‘Gabba’, Erick Viveros y Leonel Nazareno. Trabajan a doble turno a través de la plataforma Zoom. En la mañana hacen trabajos de 45 segundos y repeticiones de un minuto. En la tarde son más explosivos. Se dedican a perfeccionar la reacción.
En sus redes sociales, Gabbarini ha publicado una serie de videos en los que se ve entrenando en un patio, con balón. Se ayuda con sillas, también de su tableta y con las sugerencias de los entrenadores.
“Estamos trabajando con aplicaciones que te marcan colores, números y flechas en distintos lados y a nosotros nos toca reaccionar ante estos estímulos. Humberto nos pidió que la bajáramos para poder llegar a lo más cercano de lo que hacemos en Pomasqui”, dice Gabbarini.
En Aucas, el uruguayo Damián Frascarelli y el colombiano Fernando Fernández se han adaptado a las condiciones de la cuarentena. Utilizan los implementos que tienen en casa para crear circuitos de ejercicios, obstáculos para saltar por encima y hasta pelotas de tenis que marcan velocidad y reacción.
Frascarelli trabajan con ayuda de su esposa, la ucraniana Vicky Turusha. Junto a ella trata de mantenerse en forma en lo físico y en sus reflejos.
Utiliza bandas elásticas, sillas, pelotas de tenis y de fútbol, trabaja movimientos de coordinación, fuerza, reflejos y salidas. La sala de su vivienda y el patio se han transformado en su cancha. Así se evidencia en los videos que el charrúa ha publicado en sus redes sociales. “Lo importante es estar activo para no perder el ritmo físico”, reconoce el golero.
En El Nacional e Independiente del Valle la historia es similar. Los preparadores de arqueros han planteado trabajos específicos, pero en base a la disponibilidad de herramientas y espacios que tengan los deportistas.
Así, por ejemplo, Johan Padilla, de los puros criollos, aprovecha los espacios al aire libre del edificio donde vive, en el norte de Quito. Su novia, Stefania Realpe, trata de ayudarle. Hace trabajos de coordinación y reacción, pero siente que le falta la potencia de remates de sus compañeros o entrenadores.
“Sí nos hace falta volver a las canchas, tener un mayor espacio. Pero hacemos lo que podemos y con lo que tenemos para mantenernos en forma. Los profesores nos dan tablas de trabajo específicas”, dijo Padilla, capitán del cuadro militar.