Los directivos del fútbol africano siguen acusados de corrupción

Cumbre Ejecutiva de la FIFA en Nouakchott, Mauritania, con la presencia de Infantino y su secretaria general, Fatma Samoura.

El papel de la FIFA en la política del fútbol africano vuelve a estar bajo la lupa después de que el citado organismo, que preside Gianni Infantino, diera luz verde de manera oficial al mauritano Ahmed Ould Yahya y al sudafricano Patrice Motsepe, dos figuras muy próximas al dirigente suizo, como candidatos a la presidencia de la Confederación Africana (CAF), cargo que confiere al ganador de los comicios, que tendrán lugar el día 12 de marzo en Rabat (Marruecos), su propio asiento en el Consejo ejecutivo del órgano rector del balompié mundial como vicepresidente.
Sendos candidatos aspiran, junto al marfileño Jacques Anouma y el senegalés Augustin Senghor, a ocupar la vacante dejada el pasado noviembre por el malgache Ahmad Ahmad, destituido e inhabilitado por cinco años de su cargo al frente del fútbol en el continente negro después de vulnerar de forma reiterada el código ético de la FIFA con sus prácticas corruptas. Lo llamativo, en el caso del mauritano y el sudafricano, es que sus dossiers resultaran aprobados y avalados por el Comité de Revisión de la FIFA pese a haber suscitado previamente dudas respecto a su integridad.
El Comité de Gobernanza de la CAF, un órgano independiente que había sido designado para evaluar todas las candidaturas, puso en cuarentena sus candidaturas en un informe emitido el pasado 7 de enero, aplazando la decisión sobre su idoneidad para el cargo. Pero la FIFA decidió intervenir el día 26 para validar a sendos aspirantes, curiosamente ligados a la figura del máximo dirigente del fútbol mundial.
Ahmed Yahya fue uno de los presidentes africanos que participó en un viaje a La Meca (Umrah) en el 2018, pagado con fondos de la CAF. Eso agilitó la sentencia que terminó por inhabilitar a Ahmad Ahmad por cinco años. El malgache fue sancionado con dureza por ofrecer el regalo a sus amigos y utilizar el dinero de la CAF para pagar la mayor parte del viaje. Pese a ello, Yahya no se ha enfrentado hasta la fecha a ninguna condena por aceptarlo.

Mientras tanto, el multimillonario Motsepe cursó una invitación a los 54 presidentes de las asociaciones miembro de la CAF para asistir en Pretoria a la celebración del 50 aniversario de su club, el Mamelodi Sundowns, pocos días antes de que se celebren las elecciones presidenciales en Rabat. Según la normativa electoral de la CAF, invitaciones de ese calibre entran en la categoría de incentivo o regalo y constituyen una violación del código ético de la FIFA.
El Comité de Revisión de la FIFA descartó al actual presidente interino de la CAF, Constant Omari, en su carrera por renovar su sillón en el Consejo de la FIFA (su órgano ejecutivo) en el marco de las próximas elecciones. Cabe recordar que Omari se puso al frente de la CAF, de forma transitoria, después de que Ahmad Ahmad fuera suspendido de sus funciones por la FIFA en noviembre.
En su calidad de primer vicepresidente, el dirigente congoleño fue designado desde Suiza como sucesor de Ahmad pese a hallarse igualmente en el ojo del huracán por su implicación en diversos casos. Por eso sorprendió que el mismo organismo que consideró hace dos meses a Omari la persona idónea para liderar una confederación del calado de la africana, le haya impidido ahora postularse para renovar una plaza que sigue ostentando en Zúrich.
Omari tiene mucho peso en las altas esferas del balompié africano y sobre él pesan acusaciones como el haber pagado con fondos de la CAF el funeral de su difunta esposa o los gastos de viaje y alojamiento de numerosos invitados VIP en Kinshasa para asistir a la boda de su hija.
Está por ver cuál es la posición que la FIFA adoptará con el resto del núcleo duro del expresidente Ahmad (el egipcio Hani Abou Rida, el marroquí Fouzí Lakjaa y el tunecino Wadi Al Jari), teniendo en cuenta que los tres son objeto de investigación por parte del Comité de Ética desde hace casi tres años debido a su implicación directa en incidentes de supuesta corrupción, violaciones de conducta y abuso de poder, muchos de ellos detallados en el durísimo informe que la consultora británica PricewaterhouseCoopers (PwC) realizó a fines de 2019 por encargo de la FIFA para auditar de manera independiente las finanzas y la administración de la CAF (casos ‘Lagardère', ‘LC2’ y ‘Tactical Steel’, entre otros).
Fouzi Lekjaa, principal responsable de las irregularidades financieras acaecidas en la era Ahmad, no ha tenido que rendir cuentas por sus numerosos actos constitutivos de delito, pese a ser largamente conocidos en Zurich. Lejos de ello, el marroquí aspira a ocupar un puesto en el próximo Comité Ejecutivo de la CAF. Cabe resaltar que Lekjaa tomó numerosas decisiones que acabaron erosionando los intereses de la Confederación Africana, lo que se tradujo en pérdidas millonarias.
Hany Abou Rida (miembro del Ejecutivo de la CAF y del FIFA Council) tampoco ha expiado culpa. El presidente de la Federación Egipcia está acusado de embolsarse las dietas del Mundial de Rusia por partida doble, una de las violaciones éticas que pusieron fin al reinado de Ahmad.
En el 2017, el hombre fuerte del fútbol nilótico invitó a 20 presidentes federativos a pasar unos días de asueto en El Cairo previos al Congreso anual de la FIFA en Bahrein, cuyos gastos corrieron por cuenta del sponsor de su propia Federación, en los que Rida aprovechó para hacer campaña electoral y conseguir los apoyos necesarios para lograr un tercer mandato en el Consejo de la FIFA. Por no hablar de su presencia, dos años seguidos, en el viaje de peregrinación a la Meca (Umrah) organizado por Ahmad y que éste abonó con dinero de una cuenta de la CAF que nunca restituyó.
Por su parte, Wadi Al Jari, presidente de la Federación tunecina, también aspira a ocupar un sillón en el Comité Ejecutivo de la CAF a pesar de haber recibido USD 20 000 anuales de Ahmad, o haber sido denunciado de manera oficial por la Autoridad de Supervisión del Ministerio de Finanzas de Túnez ante la FIFA. En la carta que el parlamentario Anas Al Ayari envió a la secretaria general de la FIFA, Fatma Samoura, enumeró con datos y documentos una serie de graves violaciones financieras y administrativas cometidas por Al Jari, las cuales vulneran ampliamente los principios básicos del código ético del organismo suizo.
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— El Comercio (@elcomerciocom) February 26, 2021