Nada mejor que un clásico como para que el Real Madrid y el FC Barcelona inicien una nueva temporada: los dos equipos más grandes del fútbol español levantan el telón oficial mañana con la ida de la Supercopa de España y comienzan una nueva discusión por un trono sin lugar para terceros. El equipo catalán, tricampeón de la Liga, último campeón de la Liga de Campeones y defensor del título de la Supercopa intentará defender su hegemonía ante un rival madrileño golpeado por las frustraciones de la temporada pasada y con su ambición renovada en la segunda temporada de José Mourinho.
“Esperamos coger pronto el tono competitivo y seguro que el Real Madrid nos ayudará mucho en ello”, aseguró hoy un autoexigente Josep Guardiola, quien añadió: “no tengo la sensación de que para ellos sea un título más importante que para nosotros. El que gane simplemente habrá sido el mejor”. Azulgranas-Merengues, Mourinho-Guardiola, Messi-Cristiano. Tal como sucediera la temporada pasada, se aproxima un año con un debate exclusivo entre el Barcelona y Real Madrid por el reinado del fútbol español.
Después de los cinco choques de la temporada anterior, para el actual curso ya hay cuatro asegurados y hasta se podrá llegar a contabilizar ocho, de acuerdo a potenciales choques en Copa del Rey y Liga de Campeones. Mientras los catalanes intentarán renovar su espíritu de motivación, aún cuando se posaron desde hace tiempo sobre los laureles, los de la capital española intentarán ponerle fin al dominio azulgrana y destronar a su máximo rival en los torneos más importantes del año. El ímpetu de superación no supondrá un problema para el Barcelona.
Un equipo que, aún después de haber ganado los seis títulos oficiales del 2009, mantuvo su filosofía de fútbol total y continuó deslumbrando a sus aficionados con más títulos y aún mejor juego. El equipo de Guardiola tratará de mantener intacta la ideología de juego expuesta el último año, aún con las pequeñas modificaciones tácticas que emplea el entrenador en cada temporada. En principio, Guardiola mantuvo la base del año pasado. Sólo llegó Alexis Sánchez y se espera el arribo de una perla producto del riñón del club, Cesc Fábregas.
Aún con Carles Puyol fuera de la final de mañana, “Pep” intentará remediar con velocidad el casi nulo trabajo de toda la plantilla durante la pretemporada, así como el poco descanso de un jugador tan importante como Lionel Messi. Por el otro lado, aparece un Real Madrid dispuesto, nuevamente, a recoger la batuta del ritmo de la liga. Un equipo con excelente rendimiento en la pretemporada, incorporaciones no galácticas y estratégicamente elegidas por su entrenador y una figura como Cristiano Ronaldo necesitado de títulos de importancia.
Ya sin su “antagónico” Jorge Valdano en el proyecto, Mourinho parece encontrarse más que cómodo en este nuevo ciclo. De hecho, el portugués buscará alimentar su éxito en sus segundos años de trabajo con sus clubes: en su segundas temporadas ganó el título de la liga portuguesa con el Porto, el título de la Premier League con el Chelsea y el triplete (Liga, Copa de Italia y Liga de Campeones) con el Inter. “Mis segundas temporadas siempre han sido mejores, pero no todo es matemática y no puedo garantizar lo que pasará esta temporada”, declaró el propio “Mou” unas semanas atrás. Ya a partir de mañana en el Santiago Bernabéu, el Real Madrid tratará de trasladar el enorme rendimiento de la pretemporada (siete victorias en siete partidos) a los duelos oficiales. El primer examen será, nada menos, contra el rival más difícil de España.
Como si fuera poco, el duelo de los dos grandes del certamen ibérico reanudará el duelo personal de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, quienes rebuscarán entre las estadísticas para luchar por nuevos récords “inverosímiles” y protagonizarán su ya conocido debate, tanto deportivo como mediático. Entre mañana y el próximo miércoles, el Barcelona y el Real Madrid comenzarán una nueva temporada y definirán el primer título oficial del ciclo. Se terminó el descanso, es la hora de mostrar las cartas.