Ellos buscan un club que los contrate
El volante Pablo Portugal recibió una mala noticia a inicios de enero pasado. El técnico argentino Carlos Squeo le dijo que no estaba en los planes de River Plate Ecuador para esta temporada.
No lo esperaba. Pensó que era una broma, pero se dio cuenta de que era cierto cuando vio que en la lista de convocados para el inicio de la pretemporada de entrenamientos no estaba su nombre.
El ex jugador de Barcelona se quedó en ese momento sin equipo. Tenía, además, el tiempo en contra para gestionar su vinculación a otro club. Tanto los equipos de la Serie A como los de la B yatenían armadas sus plantillas y habían empezado sus trabajos de pretemporada.
Para no caer en una rutina sedentaria, habló con la dirigencia del equipo de la banda roja y con el cuerpo técnico para que le permitieran entrenarse ahí hasta que encontrara equipo. Aceptaron, pero hasta el momento nadie se ha interesado por adquirir sus derechos deportivos, que están cotizados en USD 60 000.
Portugal, de 21 años, contó que en las últimas dos semanas ha conversado con los directivos de tres clubes de la serie B, pero prefirió no decir cuáles “para evitar que las negociaciones sufran contratiempos”.
Según Squeo, el jugador no entró en sus planes no porque sea un mal jugador, sino “porque no se destacó el año pasado y este año queremos jugadores regulares”.
Algo similar le ocurrió al defensa central Víctor Montoya. Después de finalizar su contrato con Liga de Portoviejo su sueño de volver a jugar en un equipo de la Serie A se disolvió.
Dice que cometió un error, producto de su inexperiencia: puso su carrera en manos de un empresario (no quiso dar el nombre) para que negociara su vinculación a cualquier club de la serie A que esté dispuesto a comprar sus derechos deportivos o a contratarlo a préstamo por uno o más años.
Eso fue en noviembre del año pasado. El jugador confió en el empresario y descuidó su futuro hasta el 3 de enero, cuando lo llamó para preguntarle si le había conseguido equipo.
“Lo siento, pero aún no tienes club”, le dijo ese día. En ese momento Montoya terminó su relación laboral con él y su papá, Manuel Montoya, se convirtió nuevamente en su representante y empresario. Él fue quien negoció, en su momento, la vinculación del zaguero a Barcelona, Manta y Liga de Portoviejo.
Pero la falta de interés de los clubes nacionales por contratarlo se debe, según el jugador, a la temporada irregular que tuvo el año pasado, producto de una lesión.
Empezó el año en el Manta, pero una expulsión en la tercera fecha del torneo y una distensión en su tobillo derecho hizo que perdiera la titularidad y la confianza que le había entregado el estratega argentino Fabián Bustos, ex técnico de los atuneros. El hoy entrenador del Deportivo Quito recuerda que Montoya era un jugador “responsable y aplicado” en la cancha, pero le costaba recuperarse de las lesiones.
Una semana antes de que iniciara el campeonato estuvo a punto de vincularse al Deportivo Imbabura, pero primero querían que se probara por dos semanas. “Eso es un insulto para cualquier jugador que tiene una trayectoria como la mía”, les respondió Montoya y no aceptó la propuesta.
En la misma situación estuvo el también ex jugador de Barcelona, David García. Durante los primeros 15 días del mes pasado estuvo entrenándose en Olmedo de Riobamba, pero tuvo que regresar a Guayaquil para atender a su papá que enfermó de pancreatitis.
Eso hizo que descuidara su carrera y su futuro. Él no trabaja con empresarios. Por el contrario, él mismo negocia sus derechos deportivos con los clubes. Lo hizo el año pasado cuando reforzó a River Plate Ecuador en su anhelo por ascender a la serie A.
La cotización de su pase es de USD 45 000. Hasta el momento ningún club ha mostrado interés por contratarlo, pero por los pronto mantiene su estado físico trotando todas las mañanas y yendo al gimnasio.