El seleccionador argentino, Alejandro Sabella, en el partido ante Suiza. Foto: AFP
Alejandro Sabella, que falleció este martes a los 66 años, fue uno de los entrenadores más queridos y respetados del fútbol argentino y el responsable de que la Albiceleste volviera a disputar una final de un Mundial tras 24 años sin poder superar los cuartos.
Nació el 5 de noviembre de 1954 en Buenos Aires, era hijo de un ingeniero agrónomo y una maestra de escuela y se crió en una casa de clase media.
“A comer afuera no íbamos nunca. La ropa en general la hacía mi mamá comprando telas, así que si bien no trabajé, tampoco sobraba”, contó años después.
Estudió dos años de abogacía, aunque reconoció que le gustaba más la medicina, y en 1974 debutó como futbolista en River Plate.
Era un centrocampista creativo bastante habilidoso. Disputó poco más de 100 partidos y ganó tres Ligas locales con el Millonario.
Su apodo, Pachorra, se debía a que le gustaba “mucho” dormir la siesta.
En 1978 fichó por el Sheffield United, que entonces estaba en la Segunda División de Inglaterra.
Su buen desempeño lo catapultó en 1980 al Leeds United, que jugaba en la máxima categoría del fútbol inglés.
En 1982 llegó a Estudiantes de La Plata, el club con el que alcanzó la gloria como futbolista y como entrenador.
Con Carlos Bilardo en el banquillo, Sabella y compañía ganaron dos Ligas argentinas.
Con la Albiceleste disputó la Copa América de 1983, que ganó Uruguay, pero no fue convocado al Mundial de México 1986 en el que se consagró la Albiceleste.
“Podría haber estado en el 86, Bilardo me conocía bien, pero estaban (Diego) Maradona, (Ricardo) Bochini, (Carlos) Tapia y (Marcelo) Trobbiani, todos excelentes jugadores. Qué puedo decir?”, sostuvo en 2009.
En 1985 pasó al Gremio, en 1986 volvió a Estudiantes, en 1987 fichó por Ferro y en 1988 recaló en el Irapuato mexicano. Allí se retiró en 1989.
Al año siguiente se sumó al cuerpo técnico de Daniel Passarella y lo acompañó en la selección argentina de 1994 a 1998 (estuvo en el Mundial de Francia 1998), en la selección uruguaya (1999-2001) y en los equipos Parma (2001), Monterrey (2002-2003), Corinthians (2005) y River Plate (1990-1994 -como técnico del segundo equipo- y 2006-2007 -como entrenador asistente-).
El pasado 15 de marzo de 2009 pegó el salto y se hizo cargo como entrenador de Estudiantes de La Plata. Ese mismo año, en su primera experiencia como técnico principal, ganó la Copa Libertadores.
La final del Mundial de Clubes fue ante el mítico Barcelona de Pep Guardiola y Lionel Messi. El Pincha ganaba por 1-0 gracias a un gol de Mauro Boselli a los 37 minutos, pero Pedro, con un tanto en el minuto 89, forzó la prórroga.
Messi puso el 1-2 definitivo a los 110 minutos.
Al año siguiente, el Estudiantes de Sabella ganó la Liga argentina.
En julio 2011 fue al Al-Jazira de los Emiratos Árabes Unidos pero renunció a los pocos días para asumir, en agosto, como seleccionador de Argentina en reemplazo de Sergio Batista.
La Albiceleste venía de perder de local en los cuartos de final de la Copa América ante Uruguay, que luego fue campeón, y varios hinchas demostraron su malestar con pitidos.
Una de sus primeras decisiones como seleccionador fue darle la capitanía a la Pulga.
Con Sabella en el banquillo, Argentina arrasó en las eliminatorias sudamericanas (fue primero con 32 puntos en 16 partidos) y llegó a la final del Mundial de Brasil 2014.
La Albiceleste empataba sin goles ante Alemania y estaba a seis minutos de forzar la tanda de penaltis ante Alemania cuando un gol de Mario Götze destruyó la ilusión de Messi, Javier Mascherano, Sergio Agüero, Gonzalo Higuaín, Ángel Di María, Sergio Romero y muchos otros.
Sabella, que se ganó el mote de el Profesor, renunció tras esa Copa del Mundo y desde entonces no volvió a dirigir.
En los últimos años sufrió un tipo de cáncer que no se especificó.
“Cuando yo estaba peleando para ver si seguía acá con ustedes o me iba para el otro lado, me acordé lo que les decía a mis alumnos, a mis jugadores: No pueden dar menos del 100%”. Si se los pedía a ellos, yo tenía que luchar para mantenerme con vida”, dijo en 2018.
El 25 de noviembre fue internado en el Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA) y seis días después los médicos informaron que sufría una “cardiopatía dilatada secundaria a enfermedad coronaria y cardiotoxicidad, habiendo ingresado con shock cardiogénico e infección previa”.
En ese entonces su cuadro era “reservado”.
La selección argentina, Estudiantes de La Plata y múltiples clubes expresaron sus deseos de pronta mejoría a través de las redes sociales.
Sabella era muy reconocido por otros entrenadores por su conocimiento y sus buenos modales y los jugadores que fueron dirigidos por él siempre hablaron maravillas del entrenador.
En mayo de este año, Mascherano dijo que Sabella era alguien a quien “quería muchísimo” y una persona que lo marcó en su carrera.
“Es un sabio. A los sabios siempre uno tiene que escucharlos y aprender de ellos. Es una persona muy preparada con la que podés hablar de cualquier tema. A mí los dos que me marcaron fueron Guardiola y él. Son dos entrenadores con los que he aprendido muchísimo, no sólamente de fútbol“, dijo el Jefecito.