Los jugadores del PSG llegaron a Lisboa este 11 de agosto de 2020, con estrictas medidas de bioseguridad. Foto AFP
Ambiente “raro” para los aficionados, operación “compleja y atípica” para la policía: la fase final de la Liga de Campeones empieza este 12 de agosto de 2020, en Lisboa con los estadios vacíos y bajo importantes restricciones sanitarias, lo que obliga a los participantes a adaptarse a estas inéditas circunstancias.
Uno de los primeros aficionados de los ocho equipos participantes que aparecen este 11 de agosto por las calles de la capital portuguesa es Andrea, quien ha venido desde Bérgamo para apoyar a la Atalanta en el primer enfrentamiento de cuartos de final, contra el París Saint-Germain.
“Es el partido más importante de nuestra temporada” , explica a la AFP este fan de 27 años que llegó la víspera con dos amigos. Todos verán el partido “en un bar cerca del estadio” y buscarán por redes sociales a los “100 o 200” aficionados del conjunto italiano.
La policía lusa presentó las bases de su operación Liga de Campeones, pero no se ha atrevido a hacer una estimación del número de seguidores extranjeros que podrían llegar a Lisboa.
Se tratará de un dispositivo de “alta visibilidad” que aboga por “un enfoque comunicativo” , dijo en conferencia de prensa el comandante de la policía para la región metropolitana de Lisboa, Paulo Pereira.
De acuerdo a un estudio del Instituto Portugués de Administración y Marketing (IPAM) sobre los beneficios económicos de esta ‘Final a 8’, unos 16 000 aficionados podrían desplazarse a la capital lusa pese a la puerta cerrada en los estadios aplicada por la UEFA.
La final del 23 de agosto podría congregar a “4 000 o 5 000” seguidores, precisó a la AFP Daniel Sa, director del instituto de enseñanza superior que publicó esa investigación, en la que colaboró la Federación Portuguesa de Fútbol.
La policía portuguesa no precisó este martes qué efectivos se movilizarán, pero el dispositivo será tan importante como si fueran partidos con público, hizo saber el comandante Paulo Pereira.
Desde la organización sin incidentes de la Eurocopa-2004, Portugal acogió la final de la Liga de Campeones de 2014 en la capital o la primera edición de la Liga de Naciones, el año pasado en Oporto, Braga y Guimaraes.
Pero el país vive en estos momentos importantes restricciones sanitarias, que son todavía más estrictas en la región de Lisboa porque es ahí donde más se propagó el covid-19 después del desconfinamiento iniciado a principios de mayo, obligando a la UEFA a organizar la competición a puerta cerrada.
En la capital y sus alrededores se prohíben las reuniones de más de 10 personas, un límite que llega a 20 personas en el resto del territorio.
El consumo de alcohol en la vía pública también está prohibido y los comercios y cafeterías deben cerrar a las 20h00 (hora portuguesa). “El contexto deportivo no es una excepción a las reglas en vigor”, dijo Pereira.