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Mayra Olvera, una legionaria que viene por el título en la Súperliga femenina

Mayra Olvera, de 26 años, volvió al país para defender al Independiente del Valle. Foto: Archivo personal Mayra Olvera

Mayra Olvera, de 26 años, volvió al país para defender al Independiente del Valle. Foto: Archivo personal Mayra Olvera

Mayra Olvera, de 26 años, volvió al país para defender al Independiente del Valle. Foto: Archivo personal Mayra Olvera

Regresó a casa porque siempre quiso jugar como futbolista profesional en Ecuador. Hoy lo hace en Independiente del Valle luego de su paso por el fútbol español. “Al fin tenemos una Superliga porque el fútbol femenino debe seguir creciendo”, dijo Mayra Olvera.

La mediocampista quevedeña se incorporó hace un mes al conjunto del valle, que es el único club invicto y con puntaje perfecto tras las 10 fechas de este certamen. “Hay cositas aún por corregir, pero tenemos un torneo mucho mejor estructurado”.

Por ello aplaudió que sean 22 los equipos participantes. No cree que son ni muchos ni pocos, porque “en el país hay mucho talento. En varios rincones del país hay chicas que no tenían espacio donde exhibir su juego”. Y siempre hace referencia a Los Ríos y en especial a Quevedo, donde nació y creció, “pero hay otros lugares también”.

Lo interesante, dice Mayra, es que se recorran esos lugares para captar a las futbolistas que, como ella, nacieron con esa afición al balón.

El camino para hacer realidad su sueño de convertirse en futbolista profesional no fue tan duro en el inicio, porque tuvo a una gran cómplice, su madre. “Ella jugaba fútbol y hubo ocasiones que compartimos cancha. Ese es uno de los hechos más importantes de mi vida. Ya no juega porque una lesión la retiró del fútbol”.

De niña, sí recibió muñecas, “pero luego, mi mami se dio cuenta que lo mío era el balón”, y apareció el fútbol en su vida.

Fue seleccionada nacional desde las menores. “Soy de hacer pocos goles, por mi ubicación, pero el gol que siempre recuerdo fue en un Sudamericano Sub 20. Le hice el gol de empate a Argentina”.

Conformó la selección que jugó la Copa América en el 2014 y el repechaje para lograr el cupo a la Copa Mundo de 2015. “Hace cuatro años debutamos en el Mundial. Ese primer partido contra Camerún es inolvidable, por todas las emociones que vivimos, en especial al escuchar el Himno Nacional. Son momentos irrepetibles, aunque luego, en lo deportivo, no nos fue bien”.

Esa aparición mundialista abrió la puerta para jugar en el exterior. Estuvo en la Liga de Colombia con el Pasto y con Patriotas de Boyacá. Este año se unió al Club Lugo de España. “Al principio fue difícil porque en el club viví discriminación por ser sudamericana”. Y, con el temple de aquellos mediocampistas de recuperación, que además de técnica imponen coraje y pundonor, solo esperó que el balón llegara a sus pies para demostrar todas sus condiciones.

Fue la única jugadora extranjera del club. Se apoderó del rol titular y jamás lo abandonó. Al final de la temporada, Lugo logró el ascenso a la Primera B de la Liga española.

Sus compañeras y entrenadores le felicitaron y agradecieron con su aporte. “Las puertas están abiertas para una próxima temporada y para otras futbolistas ecuatorianas, porque ese es el legado que debemos dejar a las chicas que empiezan a destacarse”.

Es entrenadora de fútbol, carrera que quiere ejercer luego de culminar la de futbolista. En los próximos días lanzará su propia marca.

Quiere ser campeona de la Superliga y jugar la Copa Libertadores, que se realizará en Ecuador para que la miren todos sus amigos y familia. También, porque ha visto que la afición que acude a mirar los partidos de fútbol femenino ya no repite frases ofensivas. “No he escuchado esos gritos de ‘ándate a la cocina, el fútbol es de hombres’”. Ya existe un reconocimiento a su desempeño.