Los nuevos talentos, los jugadores experimentados, los técnicos y los empleados del Independiente del Valle están acostumbrados a ver siempre la enorme figura de
Librado Azcona (mide 1,83 metros) bajo los tres palos del arco del equipo titular. Algunos dirigentes dicen en son de broma que apenas saben cómo tapan los goleros suplentes.
Es que Azcona ya es una institución dentro del club. Acumula 211 partidos con los ‘rayados’ en cotejos de la Primera División y en torneos internacionales (desde el 2010).
Los directivos lo ficharon por su gran actuación en el partido del
7 de octubre del 2009 cuando atajaba para Liga de Loja. Ese día, con el cuadro de la ‘Garra del Oso’, por poco amarga el ascenso de Independiente a la Serie A. Solo a dos minutos del partido, vio vencido su arco con una anotación del atacante Yason Corozo.
Azcona se apoderó de la titularidad desde los primeros días del 2010 en el plantel. Ahí empezó a construirse un equipo que se volvió fuerte con el paso de los años y a moldear un estilo de juego ofensivo. En el 2014, los rayados pelearon la posibilidad de llegar a la final del Campeonato.
Y, esta temporada, sorprendieron a la región al tumbar a equipos poderosos como Guaraní de Paraguay, Colo Colo de Chile, River Plate de Argentina y Pumas de México hasta llegar a las semifinales de la Copa Libertadores de América. Hoy, el reto es más grande: eliminar al Boca Juniors de Argentina, en el mítico estadio La Bombonera, de Buenos Aires (desde las 19:45, de Ecuador). Para ello, precisan de un empate por cualquier marcador.
Christian Núñez (centro) mediocampista del Independiente del Valle se tomó´fotografías con los aficionados del conjunto de Sangolquí en el aeropuerto Mariscal Sucre de Tababela. Foto: Mauricio Bayas/ EL COMERCIO
Azcona ha estado presente en todo este proceso y ha visto cómo se ha construido el equipo semifinalista de la Copa. Él es el jugador más antiguo de los titulares. Fue testigo del ascenso al plantel de la Primera categoría jugadores de como Luis Caicedo y
Fernando León (en el 2010), Júnior Sornoza (en el 2011),
Jefferson Orejuela (en el 2012).
También observó la llegada de Luis Ayala y Julio Angulo (2014), quienes vinieron de otros planteles. Y también de los uruguayos Mario Rizotto (2013) y Christian Núñez (2014).
A todos estos jugadores, el entrenador Pablo Repetto les expuso sus ideas tácticas desde finales del 2012, cuando asumió la dirección técnica. Cuenta el uruguayo que aceptó venir al plantel porque le agradó la idea de promover talentos y explotar sus condiciones técnicas. Y aprendió a encontrar los ‘recambios’ tras la salida de jugadores como Fernando Guerrero o
Daniel Angulo.
En diciembre del año pasado, el entrenador empezó a meditar sobre el proyecto del Independiente y pidió fichajes en puestos específicos para potenciar su equipo. Llegaron pocos jugadores (el uruguayo Emiliano Tellechea, el mediocampista
Johnny Uchuari y el delantero Miller Castillo).
Pero el estratega se mostró satisfecho. “Somos un equipo joven, pero con ganas de trascender y lograr cosas importantes”, expresó al inicio de la temporada en el Centro de Alto Rendimiento del Independiente del Valle, donde ha preparado sus estrategias para tumbar a los ‘grandes’.
Consciente de esta juventud (el equipo tiene un promedio de 23 años), el estratega mantuvo su propuesta de aprovechar la rapidez y la potencia de sus dirigidos. También ha procurado que se concentren durante poco tiempo previo a un encuentro (12 horas como límite).
Y para que sus dirigidos liberen el estrés los lleva al cine o cumple actividades recreativas en la concentración. Su metodología ahora ve resultados positivos. “Nuestra ilusión es llegar a la final. Ellos (Boca Juniors) tienen la presión”, repite. Él y los jugadores se tienen fe.