No es necesario tener conocimientos previos para practicar yoga en el parque La Carolina con la guía de Jesús Patiño. De hecho, personas que ahora parecen expertas en varias posturas de la de milenaria disciplina sabían poco o nada hace unos meses. De eso precisamente se trata la propuesta del instructor venezolano, quien empezó con Yoga en La Carolina en el 2015.
Las clases se imparten los sábados y los domingos a las 09:00, cerca de la Cruz del Papa, en una zona plana de césped, con árboles, a unos metros de la renovada pista atlética sintética de color azul. Hay quienes lo hacen directamente sobre la grama, aunque la mayoría lleva consigo una especie de manta, conocida como ‘yoga mat’. Otros acuden con toallas o esterillas para trabajar con mayor comodidad. La contribución, al final de cada clase, es de USD 1. Es preferible acudir con ropa cómoda, protector solar y ganas de disfrutar.
“Vengo por un llamado interior, porque mi mente, cuerpo y espíritu necesitaban descubrir las sensaciones a través de los movimientos. Había tenido un poco de experiencia, hace algunos años, pero realmente ahora fue el momento decisivo de mi vida para hacerlo. Me siento muy bien”, contó Henry Alarcón, uno de los asiduos participantes del grupo.
Durante la hora que dura en promedio una clase el instructor indica permanentemente que cada persona debe exigirse hasta dónde pueda. No se trata de una competencia ni es un deporte. Eso sí, tras cada sesión todos parecen irse renovados y sonrientes.
Jesús Patiño (der. con camiseta roja), instructor de Yoga en La Carolina. Foto: Carlos A. Rojas/ EL COMERCIO
Con algunas posturas también se nota el esfuerzo. Cuando eso ocurre el instructor recuerda que eso es normal, porque en esta disciplina se trabajan músculos que en ocasiones están olvidados.
“La idea es hacer un yoga para todo el mundo, para principiantes, intermedios y avanzados donde podamos estar en contacto con la naturaleza… coincidimos con los niños jugando, con el trinar de la aves… entre los beneficios de esta actividad es entrar en contacto con nosotros mismos. La idea del yoga es hacer un recorrido por nuestro cuerpo, por nuestra mente, por nuestro espíritu”, explica Patiño antes de empezar una clase.
Los fines de semana se dan clases de yoga cerca de la Cruz del Papa. Es apropiado para principiantes y avanzados. Foto: Carlos A. Rojas/ EL COMERCIO
Con esta actividad se mejora la fuerza, la resistencia y la elasticidad. Para reconocer que eso es cierto bastan unos minutos de práctica. Hay muchas otras ventajas, pero en lugar de enumerarlas hay que acudir al parque el fin de semana.
Este sábado 21 de mayo, sin embargo, no hay clases. El grupo acudirá a practicar en el Quilotoa.
Cada cierto tiempo realizan este tipo salidas para caminar, cambiar de ambiente y compartir. Estas actividades son igualmente abiertas. Más información se puede obtener a través de las cuentas en las redes sociales.