Marlon ‘Chito’ Vera no dudaría en pagar un pasaje de avión para sentarse a dialogar con Richard Carapaz, en el país que sea. El peleador celebra los triunfos internacionales de los deportistas ecuatorianos, pero siente que tiene una charla pendiente con el pedalista.
Las dos glorias del deporte ecuatoriano han intercambiado mensajes públicos de apoyo y admiración y han charlado de manera breve en privado. Pero la idea del peleador es mantener una larga conversación con la “Locomotora del Carchi”, que vive en Europa.
“Me gustaría hablar de la preparación física, ver qué tiene en su mente”, señaló el manabita. Cuenta que mantiene un contacto permanente con el medallista olímpico en marcha, el cuencano Jefferson Pérez Quezada.
“No importa qué deporte sea, si eres un ecuatoriano y estás ganando yo me alegraré por ti”, señaló. El deportista se definió como patriotero, por lo que siempre después de sus peleas enarbola la Bandera del Ecuador. “El cariño de la gente siempre se siente dentro del octágono, sé que ahí no estoy solo me acompañan millones de ecuatorianos”, sostuvo.
Vera ocupa el quinto lugar de la clasificación mundial de la UFC (Ultimate Fighting Championship), organización mundial de la que forma parte desde el 2014. Está a dos peleas de obtener el título de la categoría gallo.
De vuelta a la tierra
Vera aprovechó su viaje para conectarse nuevamente con la cocina manabita. En Estados Unidos la dieta es otra y en su preparación física le están restringidos el consumo de algunos alimentos.
Es por esto que no desperdició la oportunidad para probar la tonga manabita, el encebollado y el seco de gallina, que son sus platos preferidos. El deportista está dispuesto a hacer un sacrificio físico extra por haber roto la dieta.
‘Chito’ se mostró emocionado por volver a recorrer las calles de Chone, ciudad a la que no volvía desde hace cuatro años. “Nada ha cambiado”, señala y recuerda las calles por las que montaba bicicleta, paseaba o hacía travesuras.
El deportista salió del país hace ocho años para probar suerte en Estados Unidos. Él necesitaba el dinero para operar a su hija mayor y tenía el sueño de ser campeón mundial. En sus inicios, ganaba recursos limpiando el gimnasio donde entrenaba.
Un reencuentro especial fue con su escuela, El Bejucal, donde brindó la conferencia de prensa, cantó la Cumbia Chonera y firmó autógrafos a miles de simpatizantes que se dieron un tiempo para visitar alSSLqorgullo manabita’, como lo llaman. “Pasaba metido en la oficina del director”, recordó entre risas.
Confesó que en esa unidad educativa tuvo sus primeras peleas, rompió algunos vidrios y se fracturó la pierna. “Cuando me fui a Guayaquil creo que fue un alivio para ellos”, señaló.
Familia es familia
El deportista aprovechó su visita a Chone para apoyar a su hermano mayor, que también se llama Marlon Vera, que lanzó su candidatura para la alcaldía de la ciudad. “Mi familia me apoyó siempre, de manera incondicional y yo haré lo mismo sin dudar”, señaló.
Los hermanos Vera recuerdan que tuvieron una infancia normal, marcada por las disputas que se dan entre hermanos varones. Entre risas, recuerdan que el hermano mayor sometía al luchador en las peleas.
“Yo tenía 14 y‘Chito’ 10 años, entonces le ganaba. Pero conforme creció, la cosa comenzó a cambiar”, relata el abogado. Ahora mantienen una relación de cariño y complicidad, donde el deportista piensa en su familia para tener fuerzas en el octágono y sus padres y hermanos hacen fuerza desde Chone para que todo salga bien.