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Carla Pinos es una especialista en 30 km en las montañas del mundo

Carla Pinos, quien es abogada y licenciada en educación infantil, se entrena en el parque La Carolina y en otros escenarios. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Carla Pinos, quien es abogada y licenciada en educación infantil, se entrena en el parque La Carolina y en otros escenarios. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Carla Pinos, quien es abogada y licenciada en educación infantil, se entrena en el parque La Carolina y en otros escenarios. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO

Carla Pinos corre en puntillas por los senderos empinados de las montañas. Alza la planta de los pies y evita asentar los talones durante los ascensos en sus carreras de trail.

La quiteña, de 31 años, emplea esta técnica para contrarrestar las dificultades que le genera tener los pies planos. Explica que esta complicación impide tener una buena zancada. Los pasos son cortos.

Sus rodillas se lastimaban tras cumplir sus carreras y le generaban lesiones. Eso hasta hace dos años cuando empezó a emplear la técnica. El fortalecimiento de sus pantorrillas y sus rodillas también ayudaron.

Con nuevas tablas de entrenamiento y el fortalecimiento de su musculatura, se convirtió en una atleta destacada en los trails de entre 15 y 35 kilómetros. En sus últimas 13 competencias, desde el 2018, acumula 10 primeros lugares y tres segundas posiciones.

El año pasado, sorprendió al imponerse en el Ruco Ultra Trail sobre Daniela Sandoval, quien tiene el récord femenino de ascenso en velocidad en el Aconcagua.

Carla completó la prueba de los 30 kilómetros en 1 hora, cuatro minutos y 46 segundos, más de una hora del tiempo en que terminó Daniela.
Las lesiones se convirtieron en una motivación. El deporte siempre le ha acompañado y le ha ayudado a mejorar y liberarse de sus problemas, sobre todo, los trails, un deporte que tomó auge en los últimos cinco años.

“Cuando empecé a correr sentí calma. El atletismo es algo que necesitaba mi cuerpo y mi alma”, dice la atleta de piel tostada por la exposición al sol y quien es abogada y licenciada en educación infantil. Ella da clases particulares a niños que tienen diversidad funcional. Les ayuda a descubrir sus habilidades y potenciarlas.

A la capitalina el deporte siempre la ha acompañado. Practicaba taekwondo, natación, ballet y metrodanza hasta los 15 años. Luego, incursionó en el fitness con el propósito de evitar los trastornos alimenticios que la acorralaron entre los 18 y los 21 años.

Entonces, sufría de anorexia y bulimia. Cuenta que el fitnnes solo maquillaba sus problemas, hasta que empezó a dar vueltas por el parque La Moya, en el sector de Conocoto. Fue una liberación.

Ahora cuenta su historia con el propósito de motivar a las personas con trastornos alimenticios para que lleven una vida sana y equilibrada junto al deporte.

Carla empezó en el atletismo en la Quito Últimas 15K, en el 2011. Su incursión en los trails ocurrió hace cinco años cuando empezó a practicar con el grupo Trail Runners. Se aventuró a intervenir en la Landes 6000 de 10 km, en Malchinguí, y terminó segunda en la general con una hora y 1 minuto.

Entonces, se percató de que era buena para la resistencia. Su progresión se dio entre el 2017 y 2018 cuando acudió a Girona para estudiar una maestría de Atención en Diversidad en Educación Inclusiva.

Ahí, aprovechó para juntarse con los duros del trail. Conoció a Toti Best, ganador de la OCC del Mont Blanc.

La experiencia fue positiva porque mejoró sus recorridos. “Girona es la meca del trail. Una inscripción para una carrera cuesta USD 30, pero la gente tiene mejores ingresos de sus salarios. Por eso, miles se inscriben para una prueba”.

Por ello, le sorprende que las atletas con auspicios no obtengan mejores posiciones y rendimiento en el país.

Con el conocimiento adquirido en España, volvió hace un año. Hace tres semanas, por ejemplo, se impuso en el Chota Trail de 21 kilómetros, una de las pruebas más exigentes de esta modalidad de deporte extremo. Fue la mejor dama en una lid dominada por los hombres. Llegó a la meta en 2 horas y 23 minutos.

Esas pruebas la estimulan y, por ello, tiene más desafíos por delante. En su agenda, está la incursión en el speed climbing (ascenso de velocidad por las montañas). Para ello, intervendrá en la trepada al Volcán Corazón, en la cordillera occidental de los Andes, el 17 de marzo.

Subir la elevación del Tungurahua, el 31 de marzo, también es su anhelo.