El uso de un vehículo abre las posibilidades de sufrir daños en su estructura
Un mal cálculo al parquear, una maniobra equivocada, el clima o la mala suerte pueden ser factores que incidan directamente en la apariencia de un automotor.
Estos pequeños detalles o grandes golpes, en algunos casos accidentes fuertes, deben ser atendidos por especialistas en pintura o en enderezada, dependiendo del daño, en talleres especializados.
Cuando existe una afectación en la capa de pintura es importante corregir este problema ya que el óxido puede hacerse presente y empeorar el daño con el tiempo, incluso en la carrocería misma.
Por otra parte, si un automotor sufre un golpe fuerte se debe determinar si es necesario trabajar sobre la pieza afectada de manera integral o si solo se necesita sacar el golpe (por ejemplo con ventosas que no involucran mayor complicación).
En los casos en los que el impacto se produce en una línea de diseño del vehículo el procedimiento es diferente. El técnico debe retirar la pieza de su lugar y lijarla para después corregir el daño con instrumentos especiales.
Equipos específicos y cabinas de pintura marcan la diferencia en los talleres especializados.
Tras cumplir con este proceso, se fondea y se pinta la parte afectada para luego colocarla nuevamente en su lugar de origen.
Cuando se trata de un accidente de gran dimensión se sigue un procedimiento similar, pero se utilizan otras herramientas de mayor escala y el tiempo de arreglo también se incrementa notoriamente.
Equipos específicos y cabinas de pintura marcan la diferencia en los talleres especializados.
Es importante tomar en cuenta que la calidad de pintura utilizada está relacionada directamente con los resultados del trabajo realizado. Además, la aplicación de este material debe ser uniforme para que no se formen grumos o imperfecciones a lo largo de la parte dañada.
Todos estos detalles, sobre la apariencia de un automotor, son relevantes a la hora de comercializarlo por lo que su cuidado debe estar a cargo de profesionales.