El golero José Cárdenas durante el partido entre Aucas y El Nacional en el estadio Gonzalo Pozo Ripalda, el 3 de marzo del 2018. Foto: Alfredo lagla / EL COMERCIO
Las primeras atajadas de José Cárdenas ocurrieron en la infancia, cuando imitaba a su padre que era arquero en equipos de torneos barriales e interparroquiales. De aquella manera empezó a sentir respeto por el puesto de golero y ahora se siente afortunado al militar en el Club Deportivo El Nacional, su conjunto predilecto desde niño.
A pesar del triunfo 3-0 del Aucas sobre los militares, en el estadio Gonzalo Pozo Ripalda la tarde del 3 de marzo del 2018, el guardameta de 23 años se destacó al evitar una goleada mayor. Los puros criollos se presentaron con un elenco alterno, toda vez que deberán jugar en Bolivia ante el San José de Oruro por la Copa Sudamericana el 6 de marzo.
“Han sido procesos, formativas y gracias a Dios ahora se me está brindando una oportunidad en el primer equipo. Me siento afortunado al poder defender esta camiseta, a este club del que soy hincha desde chiquito al igual que mi familia”, contó meses atrás el cancerbero de 1,88 metros de estatura.
En diciembre del 2016 realizó su debut profesional en la Serie A, en la goleada criolla de 5-0 ante Liga de Quito. Adrián Bone era el titular en ese momento, pero dejó la cancha por molestias físicas a los 73 minutos. Entonces llegó en ansiado debut en la máxima división ecuatoriana. “Mientras esperaba para ingresar pensaba que al fin iba a debutar en el equipo de mis amores. Los profes me dieron apoyo. El profe (Eduardo) Favaro me dijo que esté tranquilo, que dé seguridad al equipo y la verdad me sentí bien, fue inolvidable”, recordó sobre su primer partido en Primera.
“Es muy difícil debutar como arquero, pero sí puedo decir que es la posición más hermosa. Se siente presión, porque no se puede fallar, y hay que ser valiente para pararse bajo los tres palos. Se debe tener carácter y escuchar las críticas”, asegura el arquero que llegó a las filas criollas a los 14 años. Antes, se inició en Fundec Fútbol Club con el profesor Pablo Hernández.
Según datos de la Ecuafútbol, el deportista actuó en seis partidos en el 2017. En ese año fue también expulsado en un cotejo ante Fuerza Amarilla. “Cometí un grave error. Es de humanos saber aceptar los errores y aprender para no volverlos a hacer”, reflexionó.
El quiteño continuará a la espera de otra oportunidad bajo los tres palos. Él sabe que la paciencia es otra virtud que cultivan los buenos arqueros. De eso también conoce Johan Padilla, el actual titular en el elenco de Favaro, quien fue suplente de Librado Azcona durante cinco años.