Hace unos días encontré una publicación sobre el ex Mandatario ecuatoriano que falleciera hace algunas décadas, el inolvidable líder popular Dr. José María Velasco Ibarra, y que desde aquella época no ha existido alguien que supere su talento exclusivo que permitió al pueblo ecuatoriano quererle ver siempre como su Presidente. Son los descendientes directos que han brindado la oportunidad de que un ciudadano simple pueda hacer un comentario sobre el particular.
Desde aquellos tiempos ningún político ha poseído tal carisma que provoque una reelección. Hoy existe un caso que no se asemeja, más pareciera que sí pero todos los seres humanos sensatos sabemos que la realidad es un contraste con la presunción que admite prueba en contrario, y manifiesto este criterio desde una óptica objetiva pues no apoyo ni directa ni indirectamente a nadie. Quizás lo reelijan al ex Mandatario o al Mandatario con permiso, pues se encuentra en campaña cuando debería estar de Presidente para que siga mandando pero da la impresión que el poder político se parece a una golosina. Ojalá los políticos comprendieran que la alternabilidad de funciones permitiría entender que se debe dar paso a quienes también aspiran a una función. Pues al fin y al cabo: el poder es efímero.