El Deber y El Derecho
Una serie de sucesos en la Asamblea, los Municipios y otros poderes polÃticos, respaldados por partidos polÃticos, segmentos sociales, todos irresponsablemente, se han dedicado a reclamar derechos, sin que tengan noción de lo que es el deber y el derecho.
El deber es estar obligado a algo por la ley divina, natural o positiva, mientras que el derecho es el conjunto de normas que imponen deberes y normas que confieren facultades que establecen las bases de convivencia social y cuyo fin es dotar a todos los miembros de los mÃnimos de seguridad, certeza, igualdad, libertad y justicia.
De los dos conceptos se desprende que mientras el deber es una obligación, el derecho es una facultad; por ejemplo, la escasez de los pastos se debe a la sequÃa, por lo tanto, el deber inculca el sentido de la sociedad para con el derecho, en busca del bien común.
La Asamblea ignora el deber que tiene en hacer leyes que den más seguridad a la población, o a crear leyes laborales sabiendo que más del 60% no tiene estabilidad de trabajo. En tierras, querer un grupo de personas reclamar el Parque Metropolitano es querer tomar ventaja de los adelantos municipales cuando se creó un lugar que sirva a beneficio del avance de la ciudad por casi 500 años, es tomar la infraestructura y el costo de su beneficio con todos los esfuerzos hechos por los quiteños.
La ley natural exige, que para obtener algo, primero hay que trabajarlo, ése principio crea trabajo, da mejor forma de vida para sus beneficiarios, sus trabajadores y crea más impuestos para la ciudad. Tenemos el deber de velar por nuestros intereses para con ellos reclamar nuestros derechos a una sobrevivencia feliz.
Julio César Palacio Barberán
AgronomÃa, ciencia, arte y técnica
A propósito del inicio del nuevo año lectivo 2022-2023, envÃo un mensaje de felicitación a los jóvenes que inician el Primer Año de AgronomÃa, en sus diversas especialidades. Jóvenes que constituyen el material más preciado, adolescentes que atraviesan la edad más compleja de la vida. Lo que ustedes aprendan, será muy significativo, sus padres quieren lo mejor para ustedes, los educadores anhelan dejar la simiente solida de los conocimientos y valores en sus alumnos, enseñarles a ser competentes, creativos, comunicativos, crÃticos, solidarios. Pero este acto de entrega, requiere una respuesta, ustedes jóvenes deben estar dispuestos a dejar que su ser asimile ese ejemplo y esas enseñanzas.
Deben ser como el surco que espera a la semilla, para dejar que crezca la planta, que desafiara vientos y tempestades. Pero hay que estudiar, hay que echar profundas raÃces, es necesario elaborar la savia, dar la fortaleza al cuerpo, dejar que el sol pinte la esperanza, que las flores esparzan su aroma y al final, que madure el fruto para la cosecha.
Hay que aprender. Hay que valorar el don de la vida, el sacrificio de los padres, las nobles enseñanzas y los senderos que señalan los maestros. Y mañana, cuando se encuentren solos, sabrán que les dieron bases sólidas para marchar adelante, felices y seguros. Hoy tiempo de siembra, mañana tiempo de cosecha.
Jaime Orlando Verdesoto Alvarez.