Informe Judicial

Es una columna que incluirá información sobre temas relacionados con seguridad y justicia. Otros artículos del autor: http://bit.ly/gTipanluisa Twitter: @ECtipanluisag

Geovanny Tipanluisa

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central del Ecuador. Tiene 20 años de experiencia en periodismo. Colabora con el Grupo EL COMERCIO desde el 2003 y se ha desempeñado en diversos puestos desde entonces. Actualmente es Editor de Seguridad.

El aislamiento, el covid-19 y la violencia en casa

El aislamiento preventivo y obligatorio que el país vive por el coronavirus ha hecho que la Fiscalía, la Policía y grupos que trabajan en Derechos Humanos sigan de cerca el tema de la violencia intrafamiliar. !Enhorabuena¡

Resulta que en China, país en donde se originó el covid-19, las denuncias por agresiones en casa se triplicaron durante la cuarentena. Igual ocurrió en Bogotá-Colombia.

Esas experiencias han sido tomadas en cuenta en Ecuador y la Policía difunde a través de chats comunitarios información de los canales habilitados para denunciar.

Lo pueden hacer a través del ECU-911, en la Unidad de Policía Comunitaria más cercana de su barrio, por medio de la línea telefónica 1800-delito y en las unidades de flagrancias que en estos días sí operan.

Lo importante es no permitir que el número de afectadas se incremente. De hecho, quienes trabajan en estos temas saben que quienes ya han sido violentadas antes tienen un elevado riesgo de que durante el encierro sean golpeadas, insultadas, agredidas sexualmente y hasta asesinadas.

La vulnerabilidad aumenta, porque el aislamiento también puede significar que los agresores presionen a sus víctimas y las induzcan a no presentar las quejas.

Solo entre el 17 y el 25 de marzo últimos, la Defensoría Pública atendió en el país 203 casos de violencia intrafamiliar, que fueron calificados como flagrantes. Es decir, los sospechosos fueron arrestados en el momento en que atentaban en contra de su pareja.

Un informe de la Cooperación Alemana, publicado en noviembre de 2019, muestra que el trabajo es el lugar más seguro para las mujeres y la casa el más inseguro.

El estudio revela que la incidencia de la violencia en el sitio en donde laboran las posibles víctimas es menor y esto se atribuye a que las empresas tienen reglas que impiden el ingreso del agresor a sus instalaciones.

Ahora, solo queda que el seguimiento a esta problemática no cese mientras el país supera la emergencia sanitaria por el coronavirus.