Economía de a pie

Los datos no dice nada por sí solos. Deben convertirse en información.

Hola robots, ¿adiós mujeres?

Las mujeres de América Latina están en más peligro que los hombres de perder a futuro su trabajo en manos de un robot. Un estudio publicado estos días por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) evidencia que 21 de cada 100 mujeres de la región pueden quedarse sin empleo a futuro debido a la automatización frente a 19 de cada 100 hombres.

Varias condiciones hacen a las mujeres más vulnerables. El primero es un tema cultural. En la región se suele relacionar a los hombres más con tareas productivas y en áreas tecnológicas; y a la mujer con actividades del hogar como el servicio doméstico, educación o salud.

Para tener éxito en las transiciones necesarias hacia la fuerza laboral del futuro, las mujeres necesitan adquirir las habilidades y capacidades tecnológicas adecuadas.

Según la Oficina de Estadísticas Laborales, los oficios de estadístico, desarrollador de software y matemático crecerán entre un 31 y 34% para 2026. Estas ocupaciones se encuentran entre las 10 con un crecimiento más acelerado. Sin embargo, según el BID, solo tres de cada 10 trabajadores en esas áreas en la región son mujeres.

En los temas educativos hay mucho camino por recorrer aún. Aunque en la región ellas ya suponen el 60% de los graduados en carreras universitarias, solo representan el 30% en carreras tecnológicas, que serán las más demandas y mejor pagadas a futuro.

Los empleos relacionados con cuidado de salud y educación, donde las mujeres están bien representadas, crecerán a futuro debido al envejecimiento de la población, pero el problema es la baja remuneración de estos trabajos. Esta realidad perpetúa, además, las brechas salariales. Según el Instituto Nacional de Estadística y Censos, las ecuatorianas ganan, en promedio, 25% menos que los hombres.

Mejorar la situación laborar de la mujer exige empezar con los cambios desde ahora. Leyes que garanticen igualdad de derechos ayudan, pero no son suficientes. Educar sobre el nuevo rol de la mujer es urgente.