Cuando la idea de comer sano se transforma en una obsesión las personas pueden padecer ortorexia. Foto: pexels.
Fruta en el desayuno, una ensalada de verduras en el almuerzo, algo ligero para la cena. Todo debe ser orgánico, sin gluten, sin grasa. Suena bien ¿no?, sin embargo, detrás de esta alimentación ‘sana’ puede esconderse un trastorno que puede ser igual de dañino para el organismo como lo son la anorexia y la bulimia y se conoce como ortorexia.
La palabra viene del griego ‘orthos’ que significa correcto y ‘orexis’ que se traduce como apetito. El término fue acuñado por el Dr. Steven Bratman en 1996. Lo hizo para ayudar a sus pacientes a entender que su obsesión con comer sano puede no ser tan beneficioso para la salud como parece.
Así lo explica la nutrióloga Ana Lucía Enríquez para quien esta enfermedad está alcanzando “proporciones alarmantes”. Si bien no es catalogada como un trastorno alimenticio, si puede estar relacionada a uno, “porque las personas suelen mantener una idea compulsiva con respecto al consumo de los alimentos de una forma demasiado estricta en su preparación”.
Con el pasar del tiempo, Bratman logró identificar que la ortorexia constituye un problema real de alimentación que tiene patrones similares a desordenes alimenticios más comunes y parten de la obsesión. Quienes padecen anorexia no pueden dejar de contar calorías, quienes padecen ortorexia no pueden dejar de comer bien. Esta idea va más allá del ser delgado y perder peso.
Como es un trastorno ‘disfrazado’ es igual de peligroso que la anorexia, su primo cercano la manorexia y la bulimia. Jordan Younger lo sabe. Esta blogger de estilo de vida reconoció su lucha contra este trastorno. Sus periodos se detuvieron y eventualmente se descubrió a si misma obsesionada con lo que comía. En su mente había siempre un pensamiento, lo que ingrese a su organismo debía estar ‘limpio’.
Jordan Younger, una reconocida bloguera de salud y estilo de vida reconoce que su obsesión por la alimentación la llevó a padecer ortorexia. Foto: Instagram/ thebalancedblonde.
¿Pero qué es exactamente una comida limpia?, en la mente de esta celebridad de la web, la comida debía ser libre de gluten, grasa, azúcar y ser orgánico. Younger reconoció al medio británico Independent que había “desarrollado miedos en torno a la comida y que lo logró hacer pues, al ser vegana, era muy sencillo esconderse detrás de este estilo de vida.
Por fobias y miedos se manifiesta la ortorexia, asegura Enríquez. Las personas que la padecen se alejan de los alimentos salados, dulces, azucarados, grasosos. Además de los que tengan conservantes, pesticidas o sean artificiales.
Video: YouTube, cuenta: CanalSalud
La nutrióloga explica que los ortoréxicos “seleccionan cada alimento de manera extrema. Así, por ejemplo, ellos mismos producen los productos a consumir. La preparación debe ser con utensilios específicos para cada uso, exageran en la planificación para la cocción y elaboración e inclusive la masticación es excesiva”.
En Instagram, bajo la etiqueta #eatclean– que se puede traducir como ‘come limpio’- se agrupan más de 22 millones de publicaciones . La obsesión por la alimentación sana llega a tal punto que quienes padecen ortorexia incluso llevan su propia comida al salir, lo que conlleva a tener una vida social limitada y conflictiva, según Enríquez.
En Instagram, Younger tiene más de 121 000 seguidores, con ellos compartía procesos de desintoxicación a los que ella se sometía, los cuales llegaban a durar hasta 10 días. Uno de los grandes problemas de la ortorexia, reconoce, es que es más aceptable en la sociedad, mientras que la anorexia y la bulimia son mal vistos.
Tanto así que las personas que padecen ortorexia son muy abiertas acerca de sus reglas de alimentación. Se enorgullecen e incluso pueden menospreciar a aquellos que no siguen estas reglas dietéticas, asegura la Dra. Enríquez.
Para determinar si una persona padece ortorexia, el Dr. Bratman diseñó un test compuesto de 10 preguntas. Si una persona responde afirmativamente a cuatro o cinco significa que puede tener el trastorno. Así lo afirma el el European Food Information Council (Eufic) en su sitio web
Una consecuencia en el cuerpo de esta enfermedad es que se puede llegar a un déficit o sobredosis de vitaminas o minerales. Tanto el Eufic como Enríquez concuerdan en que una alimentación balanceada, moderada y variada es necesaria para estar saludables.