Con terapias, la función respiratoria de los pacientes con covid-19 mejora

Imagen referencial. Al ingresar al organismo, el virus se fija a las células de la mucosa de la nariz y la  garganta. Luego se transporta hacia los conductos bronquiales o vías respiratorias que llegan hasta los pulmones. Foto: Pixabay

Imagen referencial. Al ingresar al organismo, el virus se fija a las células de la mucosa de la nariz y la garganta. Luego se transporta hacia los conductos bronquiales o vías respiratorias que llegan hasta los pulmones. Foto: Pixabay

Imagen referencial. Al ingresar al organismo, el virus se fija a las células de la mucosa de la nariz y la garganta. Luego se transporta hacia los conductos bronquiales o vías respiratorias que llegan hasta los pulmones. Foto: Pixabay

Cuando Luis (nombre protegido) salió de cuidados intensivos y superó los efectos más graves del covid-19, el terapista Sebastián Vinueza entró en acción. Tres veces al día acudía a la habitación del paciente para que hiciera ejercicios de respiración y físicos. Con ellos la función pulmonar, afectada por el nuevo virus, mejoró.

Al ingresar al organismo -ya sea por los ojos, la boca o la nariz- el virus se fija a las células de la mucosa de la nariz y la garganta. Luego se transporta hacia los conductos bronquiales o vías respiratorias que llegan hasta los pulmones.

Allí se produce una inflamación, lo que impide el ingreso o la salida del aire. Es decir, si el cuerpo no recibe oxígeno puede desatarse una falla respiratoria. Para restablecer esta función, los terapistas enseñan ejercicios para que los órganos retomen su actividad.

Hasta el 2018, en Ecuador se registraron 1 683 profesionales vinculados a esta rama.

En el Hospital Quito Sur, del Seguro Social -donde se trata exclusivamente a contagiados- hay un equipo de 12, incluido Vinueza. Ellos se encargan de educar y rehabilitar a dos tipos de pacientes: quienes salieron de cuidados intensivos (UCI) y necesitaron ventilación mecánica y aquellos con síntomas moderados, para evitar que vayan a UCI.

En el primer grupo estuvo Luis, de 38 años. Durante cinco días permaneció en UCI y decidieron que era candidato para aplicarle esas técnicas que, en su mayoría, se acompañan de ejercicio físico. “Se busca que la persona no vuelva a UCI y tampoco necesite de equipos que le ayuden a respirar”.

La terapia consiste en que el individuo respire correctamente en varias posturas: parado, sentado y acostado boca arriba o boca abajo. Luego, dependiendo de su fuerza y condición, debe levantar los brazos y continuar con una inhalación y exhalación profundas.

Al inicio -indica- se practica por 15 minutos en cada sesión; tres al día. Mientras más resistencia se logra, el tiempo sube hasta media hora por jornada.

Para Carla Egas, profesional del Hospital Metropolitano, hay más ejercicios, como la técnica diafragmática que consiste en estar sentados en el suelo con las piernas cruzadas y espalda recta. Allí se inspira lenta y profundamente por la nariz, se deja que el abdomen se expanda. Cuando se exhala se contraen estos músculos.

Además, ha utilizado equipos como el inspirómetro para incentivar las inspiraciones largas. Muchos -dice- siguen con las terapias en casa para una recuperación efectiva.

Anine Daza es jefa de Cardiopulmonar en el Hospital Vozandes. Ella, tras 20 años de trabajo, coincide en que ayudan a mejorar la oxigenación a nivel pulmonar. Pero alerta sobre la importancia de que estas técnicas las realicen quienes tienen síntomas moderados. “Si no reciben tratamiento pueden terminar intubados”.

En hospitalización -relata- se observa a personas que están sentadas en una silla. Cuando se levantan inhalan aire y cuando se sientan lo exhalan. Se repite 15 veces. Si se fatigan o marean se les deja descansar.

Los expertos también aplican la inhaloterapia: administración de medicamentos, oxígeno y humedad por la ­vía respiratoria. Algunos confunden esta práctica con las nebulizaciones. “No lo son”, ­explica Daza, ya que se suministran medicamentos rece­tados por galenos.

Daza, hace unos días, atendió a un joven de 25 años. Él ingresó al hospital en una condición delicada. Fue directamente a cuidados intensivos, por lo que se le aplicaron varias técnicas. Una de ellas es colocar al paciente en posición decúbito prono o boca abajo. Esta ayuda a una mejor respiración.

En el mundo, esta técnica ha demostrado ser efectiva a la hora de combatir patologías como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que se presenta en fumadores. Y ahora con pacientes con covid-19.

Citado por BBC, el profesor Panagis Galiatsatos, de la Universidad Johns Hopkins, explica que “pacientes con covid-19 no están oxigenando y sus pulmones se dañan, por ello les acostamos boca abajo, para permitir que los órganos vuelvan a expandirse”.

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