Vigilia por Javier, Paúl y Efraín se realizará en la Plaza Grande

Familiares y amigos del equipo periodístico volverán a la Plaza Grande este jueves 7 de abril del 2022. Foto: archivo / EL COMERCIO.
En la habitación de Paúl Rivas permanecen sus equipos fotográficos, sus camisetas de Hard Rock y sus recuerdos de la Liga de Quito. La familia de Efraín Segarra lo recuerda en cada selfie que él se tomó. Galo Ortega, padre de Javier Ortega, conserva la credencial de prensa de su hijo, que ahora él se coloca alrededor del cuello.
Los tres siguen presentes en la vida de sus familias y amigos, que no desmayan en la búsqueda de verdad y justicia por su secuestro en la frontera norte y posterior asesinato. Esa lucha sigue en pie y este jueves 7 de abril de 2022 se realizará una vigilia, que tiene como consigna ‘No más impunidad’.
La convocatoria se realiza, desde el colectivo Nos Faltan Tres, tras cuatro años en que no han avanzado las investigaciones sobre el secuestro y asesinato del equipo periodístico. La vigilia será en la Plaza Grande, en el Centro Histórico de Quito, a las 19:00.
Un día de luto
Javier, Paúl y Efraín salieron a trabajar en la zona de Mataje, el 26 de marzo de 2018, y no volvieron con vida a sus casas. Ese día fueron secuestrados por un grupo disidente de las FARC y el gobierno de Lenín Moreno dio a conocer su muerte el 13 abril. Sin embargo, según investigaciones periodísticas sobre el caso el asesinato fue seis días antes, el 7 de abril.
Por eso la vigilia se realiza en este día. Para los familiares, las indagaciones de los colegas de Paúl, Javier y Efraín son la única forma en la que han conocido varios detalles sobre el cautiverio y muerte de los suyos.
Algunos pendientes
El 17 de julio de 2021, Galo Ortega, Ricardo Rivas, hermano de Paúl y Cristhian Segarra, hijo de Efraín, remitieron una carta al presidente Guillermo Lasso en la que le pidieron una reunión. Su principal pedido es que desclasifique la información del Consejo de Seguridad Pública del Ecuador (Cosepe) y otras entidades del Estado, que tienen que ver con las decisiones tomadas en el caso.
También están pendientes los mecanismos específicos para la garantía de la no repetición. Las familias sostienen que la impunidad es una forma de normalizar más violaciones a los derechos humanos como las que vivieron Javier, Paúl y Efraín.
Además se exige reparación integral, que incluye acciones por la memoria. Los familiares sostienen que esto no se ha realizado, pese a que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión instaron, en su informe sobre el caso, a que el Estado considere este aspecto.