Los 438 internos del Centro de Rehabilitación Social de Ibarra levantaron ayer la protesta que comenzó el martes pasado en rechazo al tipo de alimentación que les suministraban.
Según Miguel Burgos, presidente del Comité de Internos, la queja se produjo por la disminución en las raciones del desayuno, almuerzo, merienda y las porciones de frutas. “Dijeron que iban a mejorar la alimentación, pero no fue así”.
Por eso, los presos permanecieron el martes en el patio hasta las 20:00, tres horas más tarde del horario habitual de ingreso a los pabellones. El responsable de la alimentación de los centros carcelarios del norte del Ministerio de Justicia, llegó el miércoles para dar una solución al problema. Burgos informó que a los internos se les pidió un plazo para que la empresa encargada de suministrar la comida tenga tiempo para mejorar el servicio.
Luego de las protestas, los privados de la libertad recibieron una sopa de avena, arroz con corvina, ensalada y un jugo de naranja como menú del mediodía en el patio central.
Las autoridades de la Dirección del Centro admitieron que existen molestias en la población carcelaria. Enriqueta Moyano, encargada de la dirección del Centro, explicó que la queja es por la cantidad y calidad de la comida.
En el Centro de Rehabilitación Social de Tulcán (Carchi), las protestas de los internos terminaron ayer. Las autoridades de ese recinto carcelario no proporcionaron información sobre el acuerdo al que llegaron con los delegados del Ministerio de Justicia para solucionar el problema de la alimentación de los reclusos.