Deudos lloran a las víctimas colaterales de la explosión en Cristo del Consuelo

Militares custodian las zonas afectadas en Cristo del Consuelo. Recorren las calles y verifican novedades. Foto: El Comercio.

En Cristo del Consuelo hay dolor y temor. Tras 48 horas del ataque con explosivos, sus habitantes siguen estupefactos y conmovidos por la tragedia, que enlutó a ese populoso sector del sur de Guayaquil. Los familiares de las víctimas lloraron a sus muertos en sus casas, en medio de modestos funerales.

Mientras los vecinos acudían a solidarizarse con los parientes de los dolientes, más militares y policías llegaban a custodiar la zona cero, donde un día antes la tradicional algarabía de fiesta fue opacada por un episodio de terror.

Casos particulares

Roxana M. M., de 34 años, fue velada en las calles H y Décima, a una cuadra del lugar donde sucedió el hecho violento. Ella es una de los cinco fallecidos que han sido considerados como “víctimas colaterales” de este “ataque terrorista”.

Sus parientes se han ido enterando sobre más detalles de lo ocurrido y se acongojan cada vez que lo comentan. Otros prefieren recordar sus mejores momentos vividos junto a su familiar. “Era una persona inocente, que nada tenía que ver con delincuentes; nadie sabe por qué hicieron estallar las casas”, dijo Cristian B., expareja de la víctima.

El artefacto artesanal que arrojaron desconocidos dentro de un saco de yute alcanzó a la vivienda de Roxana. Otras cuatro personas murieron también por el estallido de la madrugada del domingo en Cristo del Consuelo.

La expareja cuenta que la estructura quedó totalmente destruida y ahora su hijo no tiene un lugar para dormir, ni con qué vestirse.

También dijo que se han costeado los gastos fúnebres gracias a la solidaridad de parientes y sin que las autoridades les hayan ofrecido ayuda. Los técnicos del Ministerio de Inclusión Económica y Social hablaron con la madre de la víctima, desconsolada en llanto y quien resultó también con heridas.

Onda expansiva

Jean Carlos C. F., de 26 años, fue velado en el Suburbio Oeste de Guayaquil. Los vidrios de ventanas se incrustaron en su cuerpo, tras la detonación que dejó ocho viviendas afectadas (tres destruidas).

Cecilia F., madre del fallecido, indicó que su hijo asistió a una fiesta en la Calle 8. “Los vidrios le impactaron en el pecho y en el cuello; no había ni una ambulancia o alguien que ayudara a mi hijo”, dijo. Las instituciones de respuesta tardaron en llegar a la escena, por lo que familiares tuvieron que llevarlo en un auto particular.

El Ministerio del Interior informó que las autopsias revelaron que la muerte se produjo a causa de la onda expansiva, que alcanzó unos 70 metros a la redonda.

La explosión causó heridas en 17 personas, de las cuales ocho ya recibieron el alta médica. De las nueve que permanecen hospitalizadas, dos están en estado crítico. Las investigaciones para dar con el paradero de los responsables de este hecho violento siguen.

Hasta la tarde del 15 de agosto se habló de cinco personas detenidas en Guayaquil. En su poder se encontraron explosivos, armamento de distinto calibre, droga y una moto que habría sido utilizada en el ataque.

Líneas investigativas

El ministro del Interior, Patricio Carrillo, dio detalles sobre las indagaciones que se ejecutan para esclarecer las causas
del ataque
.

Carrillo se refirió a dos puntos en concreto. Uno de esos tiene que ver con el presunto ataque a un delincuente de la zona, conocido con el alias de ‘Cucaracha’. La Policía trata de individua­lizarlo y determinar si efectivamente era un líder de la delincuencia en la zona.

El Ministro no descartó que este hombre haya sido el objetivo del atentado. Familiares negaron que sea el líder de una banda.

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Posted by El Comercio on Tuesday, August 16, 2022

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