Nadie se dio cuenta del momento en que los delincuentes se subieron al bus. El carro salió de Machala con dirección a Santo Domingo de los Tsáchilas.
[[OBJECT]]Yo iba con mis compañeros de trabajo. Entonces nos ganábamos la vida en las mineras de El Oro.
Como a las 02:00 nos percatamos de que cinco desconocidos se levantaron de forma abrupta y sacaron armas de fuego. Cuatro tenían pistolas y el otro un cuchillo. Nos amenazaron; dijeron que era un asalto y que a la persona que se moviera la asesinarían.
Obligaron al conductor del bus a desviarse de su ruta. No estábamos lejos de Santo Domingo, como a unos 40 minutos. Los delincuentes hicieron que llevara el bus hacia una zona oscura. Parecía una plantación de banano.
Ahí bajaron a todos los pasajeros y al chofer. Desvalijaron a todas las personas. A mí se me llevaron hasta los zapatos que traía puestos, que eran nuevos. También un reloj y una cadena de oro que no alcancé a guardármela.
Todo ocurrió muy rápido. Los delincuentes no dejaban de insultarnos y de amenazarnos con las armas. Cuando se llevaron todos los objetos personales huyeron en un vehículo que estaba esperándolos cerca del sitio donde ocurrió el asalto.
Para evitar que los persigamos, le quitaron el aire a las llantas del bus y le quitaron las llaves del vehículo al conductor. Las arrojaron en medio del campo, entre la espesa vegetación.
Los pasajeros tardamos una hora en salir del sitio. Caminamos largo hasta que vimos la carretera. Ahí pudimos detener a un bus y dimos aviso sobre lo que había ocurrido. La Policía llegó al sitio y nos pidieron las características de los delincuentes para iniciar una búsqueda, pero no hubo resultados.
Regresamos a Santo Domingo sin las pertenencias.
Hubo personas que incluso se quedaron sin las maletas, porque se las llevaron los desconocidos. Luego conocimos que los delincuentes se habían subido al bus cerca de Milagro y que no era el primer robo que hacían. La zona es frecuentada por estas bandas de delincuentes.
Desde entonces, procuro ir en turnos que sean directos, para que los conductores no tomen pasajeros en la vía. Esa vez perdí objetos personales, pero uno nunca sabe lo que puede pasar.
Los delincuentes ahora no temen asesinar a las personas por un celular o un reloj de marca. Son cada vez más violentos. La Policía debería hacer controles permanentes en las vías para que se frene la inseguridad, que cada vez está peor en el país.