En Cuenca, la Iglesia Católica investiga dos denuncias de abuso sexual en contra de un religioso. Foto: Imagen referencial. Pixabay
El tema preocupa a la Arquidiócesis de Cuenca y el caso está en indagación previa. 57 años después, Antonio (nombre protegido) se atrevió a denunciar que fue violado –en varias ocasiones- por un reconocido sacerdote cuencano.
Es el segundo caso que se denuncia en menos de un mes donde el acusado es un religioso, quien fundó una universidad, varios centros educativos, un hospital y medios de comunicación que funcionan en Cuenca y Azogues. En la actualidad, el sacerdote tiene 90 años.
Antonio, quien actualmente tiene 64 años, asegura que durante cuatro años -cuando cursaba la primaria- el sacerdote lo violaba. “Me sentaba en sus piernas, me besaba y violaba. Desde entonces no he sido feliz y no he podido superar este trauma”, dijo en voz pausada.
Según él, esto conllevó con los años que sea rebelde y dedique al alcoholismo y la drogadicción. “Me volví un desadaptado social”. Desde la parte médica no puede controlar los esfínteres. Todo esto lo vivió en silencio, pues nunca lo comentó a sus familiares ni lo denunció a las autoridades competentes.
Se animó a hablar, tras escuchar en los medios de comunicación la denuncia que hizo Jorge P. hace menos de un mes. El hombre dijo que también había sido abusado por el mismo religioso, desde cuando tenía cinco años de edad hasta los 14 años. Él denunció su caso en noviembre del 2010 en la Junta Cantonal de Protección de Derechos.
En esa ocasión, la demanda no prosperó en la Fiscalía porque fue extemporánea, es decir, los hechos habían prescrito. Jorge P., quien actualmente tiene 61 años, presume que fueron muchos niños afectados su integridad en las escuelas creadas por el sacerdote, y por eso hizo un llamado a que no sigan manteniendo el silencio.
Jorge P., hizo público su caso tras conocer que –el 12 de abril del 2018- el religioso iba a recibir una importante presea dentro de la Sesión Solemne conmemorativa por los 461 años de fundación de Cuenca. Finalmente, el sacerdote se excusó, mediante una carta, argumentando temas de salud.
En esa ocasión, el arzobispo de Cuenca, Marco Pérez, dijo que se reunió con la familia de la persona denunciante para conocer algunos pormenores del caso. La Iglesia Católica envió los dos casos a conocimiento de El Vaticano. Según Joffre Astudillo, director de Comunicación de la Arquidiócesis de Cuenca, de allí se dispuso que se abra una investigación previa dentro del proceso canónico.
Para estos casos se designó a un Juez del Tribunal Eclesiástico que ya tuvo los primeros acercamientos con las víctimas. Al final emitirá un informe que lo conocerá El Vaticano y aconsejará al Arzobispo cómo proceder, dijo Astudillo.