La mujer está vestida con un calentador. Lleva un carro de bebé y suele pasar la noche debajo del intercambiador de Chillogallo, en el sur de Quito. Un vecino narra que la mujer vende droga en pequeñas cantidades. En el barrio saben que el ir y venir de supuestos clientes es frecuente. “Chillogallo es una zona peligrosa, donde se vende droga y se asalta a la gente”, dice el vecino que maneja un negocio y que en más de una ocasión ha sido asaltado. Por eso, en el local tiene cinco perros amaestrados.
Precisamente, un estudio realizado por el Observatorio Metropolitano de Seguridad Ciudadana (OMSC) indica que en la Administración Zonal Quitumbe, a la que pertenece Chillogallo, se reportaron 115 denuncias de delitos contra personas (asaltos, robo, arranches, etc). Esto, de enero a abril del 2011. A eso se suman 107 casos de atentados contra la propiedad y 12 homicidios.
Las cifras se han elevado si se compara con el mismo período (enero-abril) del 2009 y 2010.
Un oficial de la Dirección Antinarcóticos de Pichincha señala que quienes venden droga también asaltan a los transeúntes.
“Utilizan a mujeres embarazadas. Ellas tienen personas que cuidan que nadie les quite el dinero que obtuvieron a través de la venta de alcaloides y se dedican a asaltar a la gente”, sostiene el agente encubierto.
Los expendedores de productos ilícitos se ubican en las afueras de los locales comerciales, cuenta el propietario de un almacén. Él añade que caminar a partir de las 21:00 es “muy peligroso” en ese sector. Por eso, a un pequeño camino ubicado entre dos condominios del barrio lo bautizaron como ‘El pasaje de la muerte’. Este es adoquinado, estrecho y en las noches tiene poca iluminación.
Una persona que todos los días pasa por allí dice que en las noches constantemente escucha gritos de víctimas que piden ayuda. Según ese vecino, en el callejón se esconden los asaltantes, que sorprenden a las víctimas. “Se ocultan en los postes y asaltan con pistola. Hace unos ocho días, a un señor le asaltaron a las 21:00 y le golpearon fuertemente”.
A eso se suman los robos en horas de la mañana. Los vecinos coinciden en que el martes es el día más peligroso, por el tumulto que se produce en el mercado.
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Un comerciante de la zona cuenta que dos mujeres, quienes simulan que van a tomar un bus, se suben a los vehículos para robar lo que llevan los estudiantes en las mochilas o maletas.
Ellas permanecen en las paradas de bus. Caminan por el sitio y hablan por teléfono celular.
Los arranchadores se aprovechan del descuido de las personas para quitarles sus pertenencias como teléfonos celulares, joyas, entre otros. “Luego de robar, los ladrones se esconden en la Asociación por un Futuro Mejor, cuenta una moradora. La asociación es un barrio ubicado al frente del mercado de Chillogallo, con casas a medio construir, otras terminadas, con calles estrechas adoquinadas y pasadizos. Aquí se esconde gente que roba en el mercado, según una moradora.
Otra joven relata que en una casa abandonada de ese sector, construida con bloques, se esconden los delincuentes. “Allí se escucha cómo se reparten lo que roban y se drogan. Son jóvenes que vienen de otros barrios a atracar en este sector y luego se van”.
Frente a la ola de inseguridad que se vive en Chillogallo, los moradores y propietarios de locales comerciales de la avenida Mariscal Sucre y la calle Manuel Coronado, el 11 de mayo solicitaron a la Administración Zonal Quitumbe que reubique a los vendedores informales en otra zona, pues dicen que entre ellos se esconden los delincuentes. “Todos los ladrones que salieron de La Marín y de la ciudadela Santiago vinieron acá. También llegaron de La Colmena”, indica un dirigente que prefiere no dar su nombre.
A través de una carta, la directiva presentó su malestar, porque “donde se comercializa toda clase de frutas, hortalizas, entre otros artículos, se expende droga de forma camuflada, así como cosas de dudosa procedencia y además se asalta a los transeúntes, locales comerciales, estudiantes y público en general”.
Aparte de los problemas que genera la venta de droga, en Chillogallo también se detectó la presencia de una agrupación dedicada a reclutar gente para transportar droga al extranjero. Esta fue descubierto en diciembre del 2010. En el operativo fueron detenidos cuatro hombres.