Desde el centro de la plaza de Santo Domingo se la observa nítida. Sin esos hierros que, por 11 años, la encorsetaron y fueron una suerte de armadura contra las embestidas del tiempo y del abandono.
Se trata de la casa García Moreno, de 150 años y 2 273 metros cuadrados de edificación; como está inventariada, el Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP) se propuso rehabilitarla en dos fases, la primera estará lista este 20 de mayo.
Sin la sobrecubierta que la afeaba, la casona neoclásica -que originalmente fue propiedad del presidente Gabriel García Moreno- muestra la belleza de sus dos plantas. Está en la esquina de la Rocafuerte y Guayaquil (Centro de Quito).
Tras subir por la escalinata de piedra que se levanta desde el borde de la calle, se pasa por la puerta de arco rebajado y en el piso se notan los clásicos huesos de res usados antaño y colocados en forma ovalada.
Unos metros más adelante, en el patio central se destacan unos arcos de medio punto apoyados en 20 columnas de piedra, extraída de la cantera del Pichincha. También resalta una fuente de agua labrada, aunque por los plásticos negros que todavía la cubren no se la puede ver al detalle.
Los obreros encargados de la rehabilitación van y vienen a contrarreloj, no se detienen ni para responder al contratista. Están con afán porque el trabajo (el 40%) se planea entregar este miércoles, 19 de mayo del 2021. Al día siguiente, el 20, se hará el lanzamiento oficial del programa por el Año Jubilar de la Batalla de Pichincha. Este último dato lo proporciona Raúl Codena, director ejecutivo del IMP.
Los espacios están organizados en dos plantas. Pese a las reformas realizadas a lo largo de los años, aún es posible observar las características propias de una casa colonial: columnas de piedra, altas paredes, cuartos amplios y fríos, ventanas adinteladas, balcones con solera.
El extenso lote de terreno es rectangular y cuando se camina hacia la parte posterior de la casa, próxima a la calle Morales, se evidencian tres desniveles. Todo tiene sentido porque por allí -dice Patricio Guerra,cronistadela Ciudad- pasaba la antigua quebrada Jerusalén.
Mientras se sacan los últimos hierros de la sobrecubierta de la casona, los trabajadores comentan que por ese paso se ubicó el parqueadero de carretas, pero con el tiempo se crearon múltiples extensiones de cuartos y también se construyeron baterías sanitarias.
Toda esa alteración se realizó cuando el edificio albergó a dos instituciones estatales: Ministerio de Obras Públicas y luego el Ministerio de Educación. El bien pasó a manos del Fisco para cubrir deudas del hijo de García Moreno, en 1931.
La adaptación poco cuidadosa comenzó hacia 1980, afirma Codena, cuando se buscó ‘mejorarla’ con un aire neocolonial. Fue así como se pavimentó el patio con adoquines de piedra y se añadió una fuente en el centro.
Para corregir lo que el IMP considera desaciertos, se solicitó a los familiares del expresidente -en calidad de préstamo- los planos originales de la propiedad y con los arquitectos restauradores recuperaron sus elementos originales.
En la lista de arreglos están, por ejemplo, las escaleras que conectaban a la planta alta de la edificación, pues las que actualmente se observan nada tienen que ver con su temporalidad; además, su madera es rústica y de acabados imprecisos. Se suman las gradas de piedra de la entrada principal.
Todo el tema del cambio de cubiertas y entejado está por culminar en estos días, al igual que el reforzamiento estructural en las crujías sur y occidental. El arranque de esas obras solo fue posible cuando el predio pasó, hace nueve meses, a custodia oficial del IMP.
Para que no siguiera el deterioro, era urgente el rescate de este edificio, cuyo origen se remonta a 1870, año en que García Moreno compró el terreno para que los arquitectos Francisco Schmidt y Juan Pablo Sanz construyeron su vivienda, con maderas de Aloguincho (Puéllaro) y de Ambato.
Según Guerra, cuatro años después, aún sin terminar el encargo, el Mandatario se trasladó a vivir en ella; aunque solo la disfrutó por algunos meses, pues en agosto de 1875 lo asesinaron.
La segunda etapa de la rehabilitación de este bien comenzará a inicios del 2022 y una vez culminada, por septiembre de ese año, en sus espacios se albergará al Archivo Histórico de Quito, adelanta Codena.
Ese tiempo de espera es razonable porque, agrega Guerra, a ese repositorio que actualmente funciona en La Circasiana y guarda actas que datan desde 1534, hay que dotarle de la tecnología necesaria para catalogar y digitalizar toda la información.
Cuando ese traslado se concrete, en la casa García Moreno se propiciarán encuentros académicos y de estudios sobre la memoria de la ciudad. Se lo hará en las amplias estancias de ventanales adintelados y balcones de solera.