Unas varillas retorcidas y restos de concreto fue lo único que quedó del corredor occidental del puente que se levantaba en la curva de Santa Rosa, en el sur de quito. Allí se construía un puente peatonal, el cual se desplomó el viernes a las 17:15. La estructura cayó sobre un Vitara Azul con placas ICH-770 en el que viajaban Viviana Isabel Mora Mendoza y Eliana del Pilar Pineda Carrillo, quienes fallecieron.
El accidente alteró la rutina de los vecinos que habitan en las 36 casas, en los alrededores del lugar. Un sonido estruendoso obligó a Inés Andino a interrumpir el arreglo de su cocina. Ella vive en una casa a unos 50 m del intercambiador. Después del estruendo la situación fue trágica, recordó Andino, porque el vehículo quedó aplastado y los cuerpos de las dos pasajeras quedaron irreconocibles entre los escombros de las varillas de hierro, tablas de madera y latas del automóvil.
A tres casas de allí, Paola P., otra vecina, expresó su preocupación con la inseguridad de esas construcciones. “Aunque el puente es necesario, porque por esta vía pasan los buses para ir hacia Ambato, Santo Domingo, etc., me siento intranquila con la calidad de los materiales que utilizan”. Para ella era más fácil cruzar la vía con el semáforo que había hace un año.
Desde el lugar del accidente, tomando el carril hacia el sur, se encuentra la parroquia de Tambillo, donde hay otro puente peatonal construido con el mismo diseño. Para José Cueva, habitante de esa parroquia el puente es seguro y no siente miedo al cruzar. “En el otro puente debieron cerrar la vía mientras terminaban la obra”.
Un policía de la Comisaría en la parroquia de Machachi recordó que el levantamiento de los cadáveres fue difícil porque la pesada infraestructura de hierro cayó con fuerza. Hacia las 18:30 fueron trasladadas a la morgue de Machachi para realizar la autopsia. Un empleado del cementerio Campo Santo, Pedro G., cerca de la morgue, dijo que el viernes hacia las 23:00 los familiares de las víctimas se llevaron los cuerpos.
Para Rafael Morillo, el accidente no debió haber ocurrido. “Creo que los puentes deben tener una certificación de calidad. Esa información debería colocarse en un lugar visible para que los usuarios crucemos con seguridad”.
Valentino Calderón, director técnico de Panavial, aseguró que los seguros que cubren este tipo de accidentes están activados y los familiares serán notificados.
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El material irá al laboratorio
Está previsto que este lunes se realicen pruebas de laboratorio de los materiales colocados en el punto en el que se produjo el desprendimiento de la estructura. Eso permitirá establecer si hubo una falla en una conexión mecánica o algún error de procedimientos.
Diego Olmedo, contratista encargado de la obra, explicó que el puente peatonal será terminado en el mismo lugar y se utilizarán las mismas columnas verticales, en las cuales no se ha detectado ninguna falla estructural hasta el momento. “Se trabajará con la misma técnica pero bajo un control más riguroso”.
El puente que se construía en la curva de Santa Rosa, en el sur de la capital, era el último de ocho cruces peatonales levantados en la Panamericana Sur, entre Machachi y Quito.
Olmedo explicó que en todos se aplicó una técnica conocida como celosía autoportante, que se trata de un conjunto de estructuras que pueden construirse de manera independiente y que luego son acopladas para dar forma y funcionalidad a la estructura completa.
Esta técnica tiene la ventaja de que una vez fraguado el hormigón adquiere una alta resistencia a las cargas peatonales, a los impactos laterales e incluso a sismos. En este caso, se utilizaba un aditivo con el cual se obtenía una resistencia del 70%, luego de las primeras 24 horas de haberse fundido.
“El tramo que sigue sostenido en las columnas ya tiene una resistencia adecuada”. Uno de los problemas es que se debe hacer la fundición por capas y cuando es una estructura que tiene muchos puntos de suelda hay el riesgo de cristalización del material.
Ayer se veló a las dos víctimas
Ayer fueron veladas en Ibarra, provincia de Imbabura, las dos mujeres que fallecieron aplastadas por un puente peatonal al sur de Quito, en la vía Panamericana. Ayer, Viviana Isabel Mora Mendoza, quien tenía 39 años, era velada en el Centro Ezequiel La Merced, en la ciudad de Ibarra. Ahí se congregaron una veintena de familiares y amigos.
Mientras tanto, en la Casa Comunal del Ejido Caranqui se velaba el cuerpo de Eliana del Pilar Pineda Carrillo, de 41 años. Hasta ese lugar llegaron decenas de parientes y amigos.
Los tres hijos de Pineda lloraban su partida. En medio del dolor, su hermano Marlon recordaba la amistad de las dos fallecidas. Aseguró que su hermana, quien conducía el auto, tenía mucha experiencia en el manejo del vehículo. También dijo que se le realizó una prueba que descartó el consumo de licor.
Él considera que el accidente se debió a la negligencia de los constructores, por lo que exigió que se investigue al responsable y se apliquen sanciones.
Según versiones de familiares de las víctimas, Pineda y Mora tenían como destino la ciudad de Guayaquil. La primera decidió acompañar a su amiga que tenía previsto desplazarse hasta el Puerto Principal, para visitar a su esposo, Andrés Oña.
Un amigo de la familia Mora contó que las dos amigas compraron el pasaje en una cooperativa de transporte terrestre desde Ibarra hasta Guayaquil. Pero se retrasaron y decidieron viajar en una vehículo particular.
Mora era una conocida ciudadana ibarreña, dueña de un almacén. Mientras que Pineda trabajaba como contadora en una unidad educativa a distancia. El entierro de las dos amigas está previsto para hoy.