Los primeros troles operan en Quito a un alto costo

El taller donde se da mantenimiento a troles y biarticulados se ubica en el sur de Quito, en El Recreo. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Es un galpón de más de 2 800 m², y cada día entran y salen los buses y biarticulados que sirven al Trolebús y la Ecovía. Aquí se arreglan pitos, se enderezan latas, se componen motores y sistemas hidráulicos de 120 unidades. Bienvenidos a los talleres de El Recreo, un espacio donde los buses del sistema municipal de transporte son puestos a punto.

En Quito hay tres talleres, pero el de El Recreo (en el sur) es el más grande: los otros están en Chiriyacu (sur) y en la Río Coca (norte). Este es el único que tiene espacio suficiente para que los buses biarticulados, de 26 metros de largo y de tres vagones, puedan ser subidos con gatas hidráulicas y examinados en su totalidad.

Galo Salcedo, gerente técnico encargado de la Empresa de Pasajeros, conoce este taller desde su creación, en 1995; cuenta que de los 54 buses que llegaron a Quito cuando el Trole se inauguró, 25 recorren aún las calles capitalinas. De hecho, el bus 001 aún trans­porta pasajeros.

Cada uno de los buses recorre casi 5 000 km al mes, es decir, 60 000 km al año. En 20 años, han recorrido más de 1,8 millones de kilómetros. Por eso, los primeros troles son clientes frecuentes de la mecánica. La vida promedio de las unidades, según el fabricante, es de 20 años, pero estas ya llevan 27, por lo que este diciembre ‘colgarán las ruedas’ y serán dadas de baja. Así lo exige la normativa vigente, que determinó que estos buses podrían funcionar por 25 años. Ese período concluyó en 2020, pero por la llegada de la pandemia se extendió por dos años más.

El resto de los primeros troles fue dado de baja hace seis años, por fallas en el chasís más que en el motor. Con las piezas de algunos de ellos se ha logrado repotenciar a los que aún están activos.

César Arias, consultor en movilidad, considera que uno de los problemas que genera el tener buses tan viejos es el alto costo del mantenimiento. La vida útil de los vehículos en Europa y Estados Unidos es de 10 años. Pasado ese lapso, los buses son chatarrizados.

Visitas a talleres

La empresa da dos tipos de mantenimiento a las 240 unidades a su cargo: preventivo y correctivo. Cada bus municipal pasa por mantenimiento programado cada 6 o 7 semanas. Se quedan en los talleres por 24 horas. Se revisan frenos, neumáticos, dirección… Cada día, ocho unidades entran a mantenimiento preventivo.

El correctivo, en cambio, se da cuando hay un desperfecto o accidente. Ocurren unos 30 casos al día. Las fallas más frecuentes se dan en neumáticos y suspensión, por el peso que estos buses cargan. Uno con 180 pasajeros puede pesar alrededor de 26 toneladas.

Los mantenimientos correctivos de la flota son más caros que los preventivos. La empresa calcula que cuestan en promedio entre 55 y 60 centavos por km recorrido, sumando todo lo relacionado con repuestos, mano de obra, etc. Es decir, mantener un solo bus en un mes bordea los USD 2 000. Para las 240 unidades, la empresa necesita USD 480 000 mensuales. Casi, USD 5,7 millones al año.

Los que ya no dan más

Hay 28 unidades que están a punto de salir de circulación. La mayoría es de la flota que arribó en 1995. Se dañan más y los arreglos tienen costos elevados. Por su antigüedad, se complica la adquisición de los repuestos. Para compensar los buses que saldrán de circulación, se comprarán 10 trolebuses nuevos (costarán USD 6 millones) y se repotenciarán 10 más.

Arias considera que es urgente una intervención. Tener un parque obsoleto, dice, pone en riesgo la operatividad, porque los buses pueden dañarse de un momento a otro y pasan más tiempo en mantenimiento. Con él coincide Alfredo Viteri, experto en movilidad, quien sostiene que el reto de esta administración es repotenciar los corredores municipales, renovar la flota e invertir en las vías y las paradas, también descuidadas.

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