La atención en el Registro de la Propiedad, en el norte de la ciudad, fue normal en la mañana de ayer. Sin embargo, los usuarios se quejaron por el mal servicio de la institución. A las 10:15, alrededor de 120 personas esperaban a ser atendidas.
Tres agentes de la Policía Metropolitana custodiaban el lugar para evitar disturbios como el del jueves pasado. Ese día, el sistema del Registro se cayó durante tres horas. Un funcionario del lugar anunció que no entregarían más turnos por la falla técnica. Los usuarios que hacían fila para tomar un turno se impacientaron y entraron a la fuerza.
Mario Sotomayor aguardaba de pie junto a las ventanillas de cobro. “Tengo este papel con fecha de entrega para el 6 de agosto. Ya es 19, todavía no me dan nada y nadie se hace responsable”, comentó con notorio enojo.
El registrador de la Propiedad, Sandro Vallejo, quien asumió el cargo el pasado 7 de julio, dijo que “es una debilidad no tener sistema propio”.
El sistema, contó Vallejo, es de propiedad de los herederos del anterior Registrador y para resolver el problema están desarrollando términos de referencia con el fin de convocar a un concurso para otro sistema.
“No es culpa del sistema como tal, sino de temas relativos a tecnología”, agregó.
Benjamín Cepeda, otro usuario, esperaba con el turno 166 y la pantalla marcaba el 66. “El Alcalde quiso coger todo y no supo capacitar bien a la gente para que atienda con eficiencia”, comentó. “La ventanilla 18 ha pasado vacía y hay un montón de gente esperando”, agregó Ramiro Toapanta.
El Registrador explicó que están en proceso de capacitación a nuevo personal. La incorporación de 30 personas más a la institución será en dos semanas.
Las críticas de los usuarios no paraban. “Se crea más burocracia, pero el servicio no mejora”, opinó Galo Gallardo. Él, además, reclamo por los cambios que el Alcalde prometió. “Hay cambios, pero ninguno para mejorar. Parece que nunca ha estado aquí porque no entiende el verdadero problema de este lugar”.
El servicio no es el único inconveniente que molesta a los usuarios. Ellos reclamaron por el incremento del precio en los trámites. “Antes, un certificado de gravámenes costaba USD 7,80, ahora cuesta USD 8. Quisiera preguntar al Alcalde, ¿dónde está la plata?”, dijo Alberto Chicaiza.
Los usuarios también se quejaron por la falta de cumplimiento en el plazo de entregas de documentos. “El certificado tiene vigencia de un mes, se demoran un mes en entregarlo, lo que quiere decir que sale caducado”, contó Estefanía Brauer.
Con respecto a este tipo de inconvenientes, Vallejo dijo que “ahora el plazo se extiende 15 días más, a partir de la fecha de emisión del certificado, es decir, tiene 60 días de vigencia”.
El Registrador también dijo que se ha hecho difícil la entrega de documentos por la acumulación de expedientes de la administración anterior. Cree que hay alrededor de 13 000 certificados represados, que aún no han podido ser despachados.
A las 11:00, 17 de las 18 ventanillas continuaban atendiendo. Marta Loaiza permanecía sentada. “Soy tramitadora, vivo de esto y solo hay como hacer un trámite por persona, es absurdo”.
Vallejo explicó que esto se debe a que “se da prioridad a lo masivo, a bancos, constructoras, etc.”. Para las personas naturales se prioriza si son trámites personales. “Eso queremos modificar para no poner límites”, concluyó.