Un hombre murió en una calle de Tumbaco por covid-19. En cuatro parroquias ubicadas en los valles la ciudadanía no respeta la cuarentena. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
En cuatro parroquias periféricas del Distrito Metropolitano de Quito, la gente no respeta la cuarentena y el toque de queda pese a que los casos de covid-19 se incrementan de forma acelerada. Lo constató este Diario en un recorrido realizado la mañana de este miércoles 6 de mayo del 2020, en Tumbaco, Cumbayá, Conocoto y Sangolquí.
En Tumbaco se han registrado 41 casos positivos de coronavirus hasta hoy, constituyéndose en la zona más afectada. La presidenta del GAD de esa localidad, Lorena Brito, informó en su cuenta de Twitter que se reportó la muerte de un hombre. “Era un comerciante que seguía realizando sus actividades normales conociendo de su enfermedad”.
Por eso, el Cuerpo de Bomberos de Quito desinfectó la calle Juan de Ascaray y otros sectores. Sin embargo, pese a las sanciones y campañas de concienciación sobre los riesgos del coronavirus, un alto flujo de vehículos y transeúntes se reportó la mañana de hoy en las principales vías de esa localidad.
En la carretera E-35 y Villa Vega, a la altura del semáforo, un hombre expendía ramas de eucalipto a USD 0,50. A su alrededor había decenas de personas caminando y haciendo filas en las tiendas y panaderías.
En Tumbaco se registró este 6 de mayo del 2020 una alta afluencia de ciudadanos en las calles. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
En las calles Gaspar de Carvajal y Guayaquil, centro de Tumbaco, circulaban vehículos cuyas placas no corresponden al día de circulación. Otros fueron parqueados en las aceras. A los peatones se les dificultaba cruzar la calle porque los carros les interrumpían el paso.
A las 10:30, personal de la Agencia Metropolitana de Control (AMC) y la Policía Nacional realizaron un operativo. Recorrieron los locales de la calle Juan Montalvo y revisaron la documentación que les entregaban los dueños de los establecimientos. En las afueras de los comisariatos ubicados en la av. Interoceánica se acumulaban los clientes; algunos no respetaban los dos metros de distancia. Casi todos utilizaban mascarilla.
El mismo panorama se presentó en los exteriores de las entidades bancarias. Asimismo, vendedores ambulantes con frutas y zanahorias caminaban como hormigas en la Gonzalo Pizarro y Eugenio Espejo. Permanecían alertas, temían que las autoridades les retiren sus productos y quedarse sin sustento para sus familias.
Al llegar a la Ruta Viva, varios ciclistas se movilizaban sin mascarillas, otros se las colocaban debajo de la cara. Extenuados, pedaleaban por esa ruta mientras cientos de vehículos, con placas que no corresponden al día de circulación (6 y 7), manejaban en alta velocidad. Lo hacían sin ningún temor pese a que policías, militares y agentes de tránsito montaron un puesto de control a la altura del kilómetro 8 de la carretera.
En Cumbayá, la Policía realiza operativos para controlar el cumplimiento de las medidas. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
En Cumbayá se reportaron 32 contagios hasta hoy. Allí, en la avenida María Angélica Idrobo y Cristo Rey, cerca del mercado, hubo transeúntes que salieron de sus viviendas; la mayoría utilizaba mascarillas. Los cuidadores de carros trabajaron con normalidad y apenas llevaban un protector facial. Una mecánica y dos tiendas, una de venta de cosméticos y otra de repuestos de carros, abrieron sus puertas.
En el parque central se reportó poca afluencia de moradores. Los policías patrullaban en la zona y de forma simultánea se movilizaban carros con identificaciones distintas al día que les corresponde.
Los habitantes de Sangolquí también rompen la cuarentena pese a que allí se han registrado 40 contagios. Cerca de 500 personas recorrían esta mañana la avenida General Enríquez y por momentos parecía que no existiera la emergencia sanitaria. Vendedores ambulantes, clientes de bancos, policías, niños, amas de casa y dueños de negocios se mezclaban en una sola masa de gente. Unos agentes motorizados patrullaban la zona como prevención y observaban el desorden que se producía en esa vía, la cual permanece cerrada con vallas metálicas para evitar la expansión del covid-19.
En Sangolquí, los ciudadanos caminan por la calle sin respetar la distancia mínima recomendada para evitar el contagio del covid-19. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
En la intersección con la avenida Calderón, los clientes de los supermercados salían con bolsas de compras. Nadie respetaba los dos metros de distancia y colocaban las fundas con alimentos sobre la acera, a la espera de alquilar un vehículo que los lleve a casa.
Incluso hubo locales que trabajaron pese a que no comercializan productos de primera necesidad. En la calle Venezuela de la parroquia de San Pedro de Taboada atendieron negocios que comercializan balones de fútbol, pinturas y licores. También uno de cabinas telefónicas y alquiler de Internet. Al igual que en otros sectores, los transeúntes caminaban de forma desordenada en las afueras de esos establecimientos.
Pese a que hay gente que no respeta la cuarentena, el alcalde de Rumiñahui, Wilfrido Carrera, manifestó que su cantón es “disciplinado y trabajador”.
Eso se logró tras aplicar protocolos de distanciamiento, hábitos de higiene, alimentación y salud para el sector de la construcción, que ocupa alrededor del 20% de la actividad laboral de la zona. De igual forma, el servicio de taxis comenzó sus actividades con normas de bioseguridad y circulación por placas.
Los establecimientos de alimentos y medicinas, así como las entidades bancarias, están atendiendo con el 50% de aforo. Las entregas a domicilio se efectúan desde las 07:00 hasta las 22:00.
El burgomaestre aseguró que uno de los indicadores que servirán para dejar la semaforización de color rojo, en Rumiñahui, serán los resultados de las 4 000 pruebas que se aplican a los servidores cuyas actividades demandaron su presencia en primera línea desde el inicio de la emergencia sanitaria. Se incluye además a los ciudadanos que constan dentro de los cercos epidemiológicos.
En otro ámbito, las ferias móviles de frutas, verduras y abastos han llegado a siete sectores con el objetivo de evitar la movilización de los moradores. La atención con este servicio y la entrega de kits de alimentos se concentra principalmente en el sector rural de Rumiñahui, que representa el 15% de la población.
Y aunque Rumiñahui reporta solo el 0,03% de contagios de covid-19 respecto a sus 135 000 habitantes, en los próximos días se inaugurará un centro de Aislamiento Preventivo Obligatorio (APO), equipado para recibir alrededor de 50 personas que contrajeron coronavirus.
Desde el 29 de febrero hasta hoy, 70 casos se reportaron en la parroquia de Conocoto, según lo indica el último reporte del
En un recorrido realizado por este diario este 6 de mayo del 2020 se observó una gran afluencia de personas en Conocoto. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.
Este Diario hizo un recorrido en el centro de esa parroquia y constató que cientos de personas no respetaron la cuarentena y salieron de sus casas para realizar diferentes actividades. La mayoría utilizaba mascarillas y pocas personas lo hicieron sin protección.
Varias familias con niños, padres y abuelos se movilizaron tranquilamente como si fuera cualquier día de la semana por las calles Lola Quintana, Manuel Polit Lasso, Simón Bolívar, Eloy Alfaro, Cristóbal de Acuña, Gabriel García Moreno, Juan Montalvo, Vicente Rocafuerte, Iván Montúfar, Luis Proaño y Pedro Bruning. En las afueras de algunos locales de comidas y tiendas, no se respetaron los dos metros de distancia entre clientes.
El GAD de la parroquia peatonizó la calle Sucre. El objetivo es precautelar la salud de la gente que hace compras. También se reforzaron los trabajos de desinfección en el centro de la localidad, así como en las zonas de La Lorena, Santa Faz, Unión Geográfica, Vargas Aráuz, Velasco Ibarra, San Cristóbal de los Pinos y Santa Teresita.
El gobierno parroquial también ha entregado kits con comida a las personas en estado de vulnerabilidad. Eso incluye a los barrios altos de la parroquia.
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