Buses de transporte escolar realizan movilización de personas durante los días de cuarentena. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO
En Quito funcionan 6 500 vehículos que brindan servicio de transporte escolar. De esa cantidad, el 35% se encuentra operativo trasladando personal de instituciones públicas, entidades financieras y comisariatos, desde que comenzó la emergencia sanitaria por el covid-19 a mediados de marzo.
Lo indicó Edwin Guerra, presidente de la Asociación de Transporte Escolar de Quito hoy, lunes 4 de mayo del 2020, en una entrevista con este Diario. “Cumplimos los sistemas de bioseguridad con mascarillas, guantes, gel y alcohol. También los requerimientos de la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT), es decir, llevar pasajeros solo al 50% de la capacidad”.
Desde hoy temprano, cientos de vehículos escolares se movilizaban con servidores de distintas entidades por las principales vías de la urbe. Pasaban los controles de seguridad con militares, policías y agentes metropolitanos, luego avanzaban hacia sus destinos. “Sacamos salvoconductos para laborar en las instituciones”, manifestó el dirigente.
Con preocupación, añadió que la mayor parte de sus agremiados atraviesa por serios problemas económicos por la pandemia, pues llevan dos meses sin percibir ingresos. Por eso, pidió al Gobierno que los ayude con facilidades para acceder a préstamos en Banecuador. “El 12% de interés es muy alto. Lo mejor sería que nos permitan pagar los créditos seis meses después de que termine la emergencia sanitaria”.
Varios de sus compañeros tienen deudas por las busetas que adquirieron. “Esperamos que el Gobierno adopte medidas para hallar formas de refinanciamiento u otras soluciones. Nos estamos yendo a la quiebra por las deudas”. A eso se suma que las entidades públicas les deben cuatro meses.
Guerra indicó que han enviado oficios al Municipio de Quito en los que solicitan que los pagos de matriculación y multas se realicen el próximo año. La razón: se desconoce si en septiembre del 2020 comenzarán las clases del ciclo Sierra – Amazonía y cuenten con dinero suficiente para cubrir esos montos.
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