30 personas que viven en las calles de La Mariscal recibieron ayuda

Kits alimenticios fueron entregados este 30 de abril del 2020 a personas en situación de calle en La Mariscal por el Municipio de Quito. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.

Kits alimenticios fueron entregados este 30 de abril del 2020 a personas en situación de calle en La Mariscal por el Municipio de Quito. Foto: Eduardo Terán/ EL COMERCIO.

Kits alimenticios fueron entregados este 30 de abril del 2020 a personas en situación de calle en La Mariscal por el Municipio de Quito. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO.

Desde que empezó la cuarentena por el covid-19, las calles del barrio La Mariscal, centro norte de Quito, perdieron su dinámica habitual: vías repletas de personas y automóviles. Los únicos que se quedaron fueron una treinta de personas con experiencia de vida en calle, la mayoría hombres.

Ellos fueron los beneficiarios de los kits alimentarios que el Municipio de Quito entregó la mañana de este jueves 30 de mayo del 2020, en el parque Gabriela Mistral.

Por la imposibilidad de que estas personas preparen sus alimentos -ninguno de ellos vive en una casa o albergue- los kits que se entregaron fueron diferentes a los que se da al resto de la población. El arroz, el azúcar y las lentejas fueron remplazados por jugo y leche en cartón, café, un mix de snacks y pequeños pasteles.

Patricio Ubidia, secretario de Coordinación Territorial y Participación Ciudadana y una de las autoridades que estuvo presente en el parque, explicó que hasta la fecha se han entregado 140 000 kits en toda la ciudad. “Estos operativos varían según la población. En este caso, a más de la entrega de alimentos, también incluimos un refrigerio”.

Durante la entrega de kits se aprovechó para realizar chequeos médicos, por parte del personal del Ministerio de Salud. De las 30 personas revisadas solo dos tenían temperatura alta. Las autoridades informaron que a ellos se les hará un seguimiento.

La precariedad de la situación económica en la que viven estas personas ha impedido que puedan adquirir guantes o mascarillas. La mayoría llegó al parque con todo lo que tiene: la ropa que lleva puesta.

Las personas con experiencia de vida en calle, que al momento no están a la intemperie han pasado, de forma voluntaria, a uno de los dos albergues que se habilitaron en la ciudad y que más allá de ofrecerles un techo durante la crisis sanitaria, buscan reinsertarlas en la sociedad.

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