Como un campo de batalla. Así amaneció este viernes 24 de junio del 2022 la vía principal de San Antonio de Pichincha, en el norte de Quito.
Tres camiones quemados, palos, piedras, troncos y llantas quedaron sobre casi dos kilómetros de largo, entre el redondel de Maresa y Caspigasí. Allí, la noche del jueves 23, hubo un enfrentamiento entre manifestantes y miembros del orden.
En la vía a Calacalí, un convoy que venía abriendo camino fue secuestrado y violentado por un grupo de personas ubicado en Caspigasí. El propósito del convoy era facilitar el tránsito de camiones que traían alimentos para el abastecimiento de la capital.
Los manifestantes impidieron que los vehículos avancen y agredieron a los militares, quemaron tres camiones y se llevaron todos los productos.
Como resultado, una persona murió y 17 militares fueron heridos de gravedad. Uno de los vecinos del barrio Alcantarillas que pidió no publicar su nombre, contó que vivió horas de terror junto con su familia. Vive a pocos metros de donde ocurrió el enfrentamiento.
Contó que primero venían los camiones de los militares y luego la plataforma que llevaba un tractor, con el que retiraban los escombros de la vía para que el convoy pueda pasar.
“Los manifestantes atacaron sin piedad a los militares y empezaron a saquear los camiones. A uno le alzaron la cabina mientras estaba en movimiento y el chofer se estrelló contra una pared. De ese camión se llevaron los envases plásticos con los alimentos”.
Su sobrina que es médica le brindó los primeros auxilios a un chofer que terminó herido por el impacto. Su hermano abrió las puertas de su casa a tres conductores de camiones para evitar que sean robados y agredidos. El resto fueron saqueados.
Luego vio como los manifestantes enardecidos incendiaron los camiones militares. “Eso no es protesta, es un acto delincuencial. Los militares estaban llevando comida a Quito, pero la gente estaba como loca”.
Contó además, que los manifestantes eran pobladores de los barrios de San Antonio.
Los vecinos de los conjuntos habitacionales temen por su seguridad. Los manifestantes, incluso, intentaron entrar a sus barrios para saquear.
Marlene Vaca, quien vive en la zona, contó que toda la semana tuvo problemas para movilizarse. “Hoy, después de la guerra campal de ayer, ya la cosa está calmada. Seguramente la gente tiene miedo de que les reconozcan y les metan presos por lo que hicieron. Pero la vía quedó intransitable por la cantidad de escombros, así que tenemos que salir por otra vía paralela”, dijo.
El Ministro del Interior, Patricio Carrillo, indicó que se ha identificado a un grupo de personas de origen extranjero que lidera una organización criminal en esta parroquia
“En los actos violentos de anoche, la Policía cuidó y evacuó principalmente a mujeres y aspirantes a policías en formación. La turba violenta puso en riesgo y generó terror en la ciudad. Esto no es un disturbio, es un acto criminal”, precisó el ministro.
Desde el lunes 20 de junio, la avenida Manuel Córdova Galarza, unos metros antes de llegar al redondel de la Mitad del Mundo, ha sido bloqueada todos los días.
Esta vía sirve de acceso norte a la capital y conecta con las parroquias de Calacalí, San Antonio de Pichincha y Pomasqui. Además, por allí transitan quienes vienen del noroccidente del país y de parroquias como Nanegalito, Pacto y Nanegal. Solo en la parroquia de San Antonio de Pichincha viven unas 40 000 personas y debido a los cierres viales quedaron incomunicadas.