Una de las siete cruces, la fachada de la iglesia de La Compañía, el león al pie del monumento de la Plaza Grande y otros sitios y objetos emblemáticos del Centro Histórico parecen acercarse al espectador.
Estas imágenes son apenas un adelanto de lo que será el documental ‘Quito: la carita de Dios’, dirigido por Jorge Baquero. Esta es una producción de cuatro minutos que mostrará a la capital en tercera dimensión.
“Quiero enseñar a Quito tal como nosotros lo vemos. Nuestra visión normal es estereoscópica (una imagen ligeramente distinta en cada ojo)”. En su opinión estamos acostumbrados a ver un Quito plano en fotos y videos. “Hay que verlo en 3D, porque ahí la imagen de la ciudad gana en belleza”, aseguró Baquero.
Cuando él incursionó en las producciones en tercera dimensión, se propuso hacer un documental que muestre la belleza de la arquitectura de Quito, con imágenes que tengan profundidad. Alberto Cadena trabajó en el guión. Este equipo se propone ver si es posible mostrar en cuatro minutos la esencia de Quito.
Según la productora Verónica Salgado, las grabaciones se hicieron durante dos meses, pero debieron frenarse cuando llegó la temporada de lluvias, en noviembre y diciembre. Continuarán grabando ahora que mejoró el clima. El propósito es que el documental se proyecte en cines y se distribuya también en DVD.
La técnica que están usando es distinta a la tradicional. Se trabaja con un aparato llamado rig, que cuenta con dos cámaras Cannon 7D, que registran imágenes en alta definición.
Estas deben colocarse a una distancia determinada, dependiendo de la ubicación de los objetos o personas que requieran resaltarse. Eso es lo que da profundidad a la imagen. Cada toma requiere de estas calibraciones del equipo.
Por eso, grabar en 3D toma más tiempo. Es una técnica compleja, que requiere de mayor concentración y es más costosa. Según Max Baquero, integrante del equipo, la producción de un video cuesta aproximadamente USD 1 000 el minuto con la técnica tradicional, pero en 3D, el costo sube a USD 3000.
Salgado cuenta que grabar dentro de los edificios emblemáticos del Centro Histórico fue uno de los pasos más complicados de la preproducción, porque se requiere autorizaciones que son difíciles de conseguir.
El documental está cerca de terminarse. La propuesta es que sea una herramienta de difusión de la belleza de Quito, ahora que es Capital Americana de la Cultura.