“Certificado de vacunación y la cédula a la mano, por favor”. Era el pedido que se hacía este martes 28 de diciembre en los exteriores del centro comercial Quicentro, que se ubica en el norte de Quito. Con esos documentos se permitía el ingreso al establecimiento.
Entre apuros, las personas buscaban sus papeles en sus billeteras, carteras y bolsillos. Otros llevaban todo digitalizado y lo mostraban a través de sus teléfonos móviles.
Macarena García, de 50 años, comenta que, por seguridad, el certificado lo lleva en su celular de manera digital. Cree que esta disposición implementada por el COE Nacional va a obligar a las personas a que se vacunen y sean más conscientes con la situación crítica que se vive en el país a causa del covid-19, más con la presencia de la nueva variante Ómicron.
Con esta opinión concuerda Cindy Rodríguez, quien acudió a almorzar con una amiga para festejar su cumpleaños en un restaurante del sector. Aunque le tocó esperar varios minutos, en este local no solo estaban verificando los datos del carnet de vacunación, también controlaban el aforo.
“Actualmente, los hospitales están con más pacientes porque hay gente que no cree en la vacuna y el pedir el carnet en lugares públicos los va a obligar a vacunarse o simplemente se van a quedar en casa”, consideró Rodríguez.
Este Diario hizo un recorrido por los centros comerciales del norte y algunos salones de comida del sector. En un restaurante de comida rápida, la fila llegaba hasta la vereda de la avenida Los Shyris. Los clientes esperaban mientras el personal cotejaba los datos del certificado de vacunación con los de la cédula de identidad.
Cristina Enríquez, dueña del local, apoya la iniciativa. Aunque toma tiempo mientras su personal verifica los documentos, ella prefiere que a su restaurante ingresen personas que se han vacunado. “Así cuido de mis clientes y de mis empleados”, indica.
En el centro comercial CCI, el procedimiento es el mismo. En el ingreso, los guardias de seguridad solicitan el carnet de vacunación y cédula de identidad, adicionalmente, toman la temperatura y rocían alcohol en las manos de los usuarios.
Incluso las personas que por alguna situación deben salir del establecimiento, al reingresar deben nuevamente cumplir con los pasos. Este proceso molestó a Jorge Maldonado, quien había olvidado su dinero en el vehículo y tuvo que ir al estacionamiento a recoger su billetera. Al regresar se encontró con la negativa del guardia de dejarle ingresar sin volver a hacer la fila y presentar el carnet nuevamente.
En cuestión de minutos las filas bordean los centros comerciales y establecimientos. El proceso para solicitar y mostrar los documentos dura hasta unos dos minutos. Aunque la espera molesta, los usuarios apoyan este requerimiento. Lo que más desean es que no se vuelva a dar una ola de contagios como en el 2020.
Ana Cristina Vivanco, comerciante del sector, explica que prefiere que en los lugares públicos se tome estas medidas a que el país vuelva a un confinamiento. “Yo prefiero demorarme para presentar los documentos que esperar por una camilla en el hospital”, reflexiona.
Las medidas se están implementando desde el 21 de diciembre, cuando el Comité de Operaciones Especiales (COE) Nacional resolvió que es obligatorio que en los lugares públicos (como centros comerciales, cines, restaurantes) se solicite el certificado o carnet de vacunación con el esquema completo (dos dosis) en personas mayores de 12 años.