La Comuna busca mantener su legado con la reconstrucción de la cancha de ecuavóley

Moradores de La Comuna juegan un partido de ecuavóley en la cancha que aún está en reconstrucción. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO
En La Comuna, el ecuavóley no solo fue un deporte que se practicaba antes del aluvión. Para los moradores de este sector es un legado que unió a las familias por generaciones.
Este sitio fue considerado como el punto de encuentro al que todos llegaban después de sus jornadas laborales. La noche del lunes 31 de enero del 2022 el ambiente de risas y camaradería cambió en cuestión de minutos y se convirtió en un lugar desolador.
Un aluvión bajó por las laderas del Pichincha con una fuerza que nunca antes se había visto y se llevó todo lo que había a su paso. La cancha se convirtió en un enorme depósito de escombros. Unas 60 personas fueron sorprendidas por la fuerza del lodo y casi la mitad de ellos fallecieron.
Seis meses después aún se siente tristeza en el lugar. Para Camilo Andrade, sobreviviente del aluvión, regresar a la cancha fue más difícil de lo que parece. Sus ojos se llenan de lágrimas al recordar el momento en que sus compañeros fueron arrastrados por una ola de lodo y perdieron la vida. “Hubo llanto cuando volvimos a la cancha, pues todos recordamos a los fallecidos. Este desastre fue una tragedia para el barrio porque los muertos eran vecinos, amigos y familiares”.
Antes, él jugaba ecuavóley con los moradores, pero ahora no puede hacerlo, tiene una fuerte lesión en la pierna. “Al huir se me rompieron los ligamentos y necesito una resonancia magnética, esto fue la secuela que me dejó el aluvión”.
Recuerda que el día de la emergencia escuchó un estruendo y una marea de aguas negras que se acercaba rápidamente al escenario deportivo. “Eso explotó como una botella de champagne y tratamos de sobrevivir. Cada quién huyó cómo pudo y yo lamentablemente me arrojé por el lado posterior que da a la calle Núñez de Bonilla, en donde murieron varios amigos”.
Unidos por reconstruir un legado
Como una forma de mantener vivo el recuerdo de sus amigos, Andrade junto a los socios y vecinos se unieron para reconstruir la cancha y que vuelva a ser la de antes. Mediante autogestión buscaron los recursos para reactivar el sitio. “Ellos no se han ido para nosotros y reconstruir la cancha es una muestra de que ellos están con nosotros”.
Los deportistas aficionados coincidieron en que jugar otra vez era la mejor manera de homenajear a sus amigos fallecidos. Realizaron mingas para aplanar la cancha con arena y colocaron dos palos largos para la red. Levantaron muros, construyeron un pequeño cuarto donde serán distribuidos los baños y una bodega.
En el sitio en donde funcionaba un pequeño graderío para los espectadores se construyó una pequeña caseta rústica con techo de zinc. Sus asientos son ladrillos y pingos, pero eso no es impedimento para jugar naipes y apostar un USD 1 en cada partida.

Mario Ramírez, sobreviviente del aluvión, cuenta que ha encontrado consuelo en la cancha. “Parece mentira, pero estoy en la casa y me siento intranquilo. Prefiero reunirme en la cancha con mis amigos que sobrevivieron, el conversar, observar las fotografías de cómo era la cancha y las ganas que tenemos de reactivarle nos ayuda a seguir el día a día”.
Sin embargo, este sueño de mantener un legado y la memoria de sus amigos por el momento está frustrado. El Municipio de Quito suspendió la reconstrucción de la cancha y algunos de los moradores claman para que se les permita continuar con el legado.
“Queremos una nueva cancha”
Ramírez dice que han invertido alrededor de USD 4 000 en los trabajos de rehabilitación de la cancha. Recuerda que este espacio durante dos meses se convirtió en botadero de basura y en un lugar inseguro y decidieron recuperar este lugar. Sin embargo, durante los trabajos les llegó una notificación por parte del Municipio, donde se notificaba que la obra estaba suspendida.
Graciela Mora, representante de la Comuna, dijo que el viernes 22 de julio recibió un nuevo documento por parte del Municipio en donde se ratifica la prohibición de utilizar este espacio como zona recreativa. “Se nos pide que abandonemos este sitio que significa un emblema para los habitantes y que constituye un punto de encuentro para el sector”.

El Municipio se pronuncia
Por su parte, la Agencia Metropolitana de Control (AMC) informó que la obra fue suspendida por tres razones. La primera, porque los vecinos no cuentan con los permisos correspondientes de construcción, es decir, no solicitaron la licencia metropolitana urbanística que otorga el Cabildo. La segunda razón es que al estar ubicada en zona de riesgo no es factible que se continúe con la construcción.
La tercera razón es que el predio es de propiedad privada, es decir, corresponde a una tercera persona que la cedió de manera informal a La Comuna para que se construya la cancha de ecuavóley.
Desde la AMC informaron que se notificaron a cinco personas que figuran como responsables de los trabajos en la cancha. Tienen 10 días para presentar descargos o pruebas a su favor.
Fernando Sánchez, secretario de Inclusión, explicó que existen vecinos que están en contra de la construcción de la cancha, ya que anteriormente este era un espacio donde había apuestas, consumo de alcohol y violencia.
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