Ante el juicio político hay tres escenarios: la destitución de Guillermo Lasso, la disolución de la Asamblea (Muerte Cruzada) o que el Presidente sobreviva al tercer intento por sacarlo.
En ninguno de los tres casos, Lasso aparece como una figura alrededor de la cual se pueda construir un nuevo acuerdo de gobernabilidad. La salida a la crisis actual, en caso de no ser destituido, pudiera resultar en un gobierno aún más debilitado.
En la Asamblea nada es seguro respecto al juicio. Por ejemplo, el correísmo pasó de impulsar la interpelación a pedir la Muerte Cruzada. La falta de un comportamiento orgánico en Pachakutik (PK) y la Izquierda Democrática (ID) tampoco asegura votos.
Pero, a la falta de esas certidumbres se suman los cuestionamientos al mismo proceso que se lleva adelante en la Comisión de Fiscalización. Por ejemplo, dos autoridades de la Contraloría, entre ellos el actual contralor Carlos Riofrío, dijeron que en el contrato entre Flopec y Amazon Tanker solamente se determinaron responsabilidades civiles y no penales.
Dicho contrato es la base de la acusación con la que la oposición intenta censurar a Lasso. En dichas comparecencias se habló de la existencia de un informe borrador en el que sí se habla de responsabilidad penal. Eso ya no se podía incluir porque el periodo de presentación de pruebas pasó.
Pero, en cualquiera de los escenarios posibles, la figura de Lasso es la más debilitada para buscar acuerdos. Para la politóloga Arianna Tanca, el Primer Mandatario tiene los recursos y la opción de ser el elemento alrededor del cual se concreten acuerdos.
Sin embargo, eso requiere de voluntad y que realmente haya una verdadera articulación de los intereses nacionales. “Eso requiere que todo el Gabinete marque la agenda, trabaje y se arme una narrativa al respecto”.
Para la catedrática universitaria, Caroline Ávila, es cada vez más difícil que sea la clase política la que sea el elemento articulador. En el caso del Gobierno considera que no tiene ya espacios de negociación política.
Mañana, miércoles 26 de abril del 2023, está previsto que terminen las comparecencias en la Comisión de Fiscalización. Después, esa mesa tiene 10 días para presentar su informe. Sin embargo, ese documento no es vinculante para la decisión que pueda tomar el Pleno.
En caso de que no existan los votos
Tanca dice que si Lasso logra superar este intento de destitución vendrán días aún más duros para el Gobierno. “Va a ser un Gobierno de supervivencia hasta que se acabe el periodo, si la oposición no encuentra otra manera de sacarlo del cargo”.
En ese escenario, la gobernabilidad será aún más difícil de lo que es en la situación actual. Para Tanca podría existir una salvedad en el caso de que aglutine a las fuerzas de oposición. Sin embargo, después de casi dos años de gestión, ese esfuerzo no ha dado frutos.
En ese escenario continuarán las mayorías móviles en la Asamblea. Además, según Tanca, se puede prever una Gobierno más bien reactivo, sobre todo en lo que tiene que ver con política. Ahora, una de sus opciones sería fortalecerse desde la gestión de cada ministerio. Dice que hay carteras como la de Economía y Producción que pueden presentar resultados.
Un Gobierno vía decretos
La Muerte Cruzada permitiría al Primer Mandatario mantenerse, al menos, seis meses más en el cargo tras la disolución de la Asamblea. De acuerdo con la Constitución, en ese caso podría gobernar vía decretos que tendrá que aprobar, previamente, la Corte Constitucional (CC).
Mientras se lleva adelante el proceso para las nuevas elecciones, Lasso podrá gobernar sin oposición y decidir si busca o no una eventual reelección para el resto del periodo. Pero, el desgaste de su Gobierno hace de esta la opción más compleja.
Ávila dice que, independientemente del resultado del juicio político o la muerte cruzada, vendrán dos años de profunda decepción ciudadana. Esto debido a la incapacidad de la clase política para entender las necesidades de la población.
Además, señala que un Gobierno, en este escenario, vivirá en una constante inestabilidad no solo económica sino también con la continua amenaza del bloqueo político.
A esto se suma la posibilidad de las manifestaciones. Sin embargo, ese escenario pierde fuerza después de que ayer, el líder de la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie), Leonidas Iza anunció que una reacción social sería catastrófica en estos momentos. Por eso apelaron a que el bloque de PK se mantenga en la destitución de Lasso.
La destitución
En este caso, la figura alrededor de la cual debería articularse un pacto sería el vicepresidente, Alfredo Borrero. Hasta el momento, el segundo mandatario se ha pronunciado a favor de la permanencia de Lasso.
Hay que recordar que el perfil de Borrero durante los casi dos años de gobierno ha sido bajo. Muestra de aquello es que, ante un quebranto de salud del Presidente Lasso, Borrero ni siquiera fue la opción para dirigir la reunión del Consejo de Seguridad Pública y del Estado (Cosepe).
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