Mientras los diálogos continúan entre el Gobierno Nacional y la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie), la búsqueda de respaldos populares de ambos frentes se intensifica en la Costa, la región más poblada del Ecuador.
La jurisdicción ha tenido gran protagonismo en los últimos cinco meses. Los reclamos en esa zona han originado enfrentamientos entre agricultores y elementos policiales por los cierres de vías en provincias como Guayas, Los Ríos y El Oro.
El encarecimiento del combustible, el irrespeto al precio de productos como el arroz, banano y maíz y la falta de acceso a créditos son algunos de los temas que están en la palestra y por los que, diversas organizaciones, han protestado contra la administración de Guillermo Lasso.
En el último mes las miradas del oficialismo y del movimiento indígena se han dirigido a las provincias costeñas, en donde se busca ganar presencia y apoyos populares.
Desde el oficialismo se hacen ofrecimientos para luchar en contra de la especulación. Una de las recientes propuestas que surgió desde el Ejecutivo para el sector agropecuario, como el arrocero, fue la compra directa de productos.
El sábado 13 de noviembre del 2021, en Santo Domingo de los Tsáchilas, más de 400 agrupaciones relacionadas a la agricultura, ganadería y campesinado ofrecieron un respaldo público al primer mandatario y rechazaron un supuesto intento de desestabilización.
También el presidente Lasso invitó al Pueblo Montubio del Ecuador a una reunión en la Gobernación del Guayas. Decidió que este encuentro sea en el sitio de origen de esta organización y no en el Palacio de Carondelet, en Quito. La cita fue el pasado 8 de octubre. Hoy esa organización se muestra abierta a llegar a consensos.
En esa primera reunión se acordó instalar mesas técnicas para, entre otras cosas, tratar sobre el control en el pago justo de los precios agrícolas, el porte de armas y la focalización del subsidio a los combustibles para los agricultores.
Ese es un tema que saludó Manuel Gonzaga, presidente del Pueblo Montubio. Las reuniones de las mesas se realizarán este viernes 19 y lunes 22 de noviembre, en Guayaquil.
“Estamos en un diálogo. Nosotros hemos sido muy respetuosos de la democracia, no seguimos agendas ajenas a nuestra realidad, seguimos una agenda propia que abarca problemáticas como la del sector arrocero”, afirmó Gonzaga, quien toma distancia de las posiciones de la Conaie.
De su parte, Iza ha recorrido provincias como Guayas, Manabí y Santa Elena para ampliar las bases de su organización.
El pasado 17 de octubre, Iza llegó hasta la Isla Puná, parroquia rural de Guayaquil, para participar en el II Congreso del Pueblo Punae del Ecuador. “Ratificamos la unidad de campesinos, pescadores, comuneros y organizaciones”, dijo ese día.
Para la analista política, Madeleine Molina, hay una maniobra desde el Gobierno para buscar nuevos actores y movimientos sociales afines en caso de que el segundo diálogo con la Conaie no prospere.
“Esta estrategia política que está utilizando el gobierno es el clásico ‘divide y vencerás’; los intentos por alcanzar apoyo popular en la Costa pueden ser como un tipo de boya de salvación para evitar que se sigan aglutinando los sectores sociales en su contra si no hay acuerdos finales con la Conaie”.
Recordó que este tipo de estrategia fue usada en gobiernos como los de Rafael Correa y Lucio Gutiérrez.
El propio Iza no descartó que desde el Gobierno se intente aislar y restarle espacios a su organización. Sin embargo, minimizó esos apoyos porque -dijo- vienen de sectores que ya eran afines al oficialismo. Recalcó que por lo pronto no hay acuerdos en el tema de los combustibles.
“Todos los Gobiernos de turno han utilizado esa misma estrategia, pero si son adherentes a su movimiento político nadie le va a cuestionar; pero el Presidente debe entender que hay una gran mayoría que no estamos de acuerdo en las demandas económicas”, dijo el martes pasado.
Desde el oficialismo se rechaza que exista un intento para minimizar a la Conaie. Francisco Jiménez, asambleísta de Creo, afirmó que en los últimos días han existido voces de respaldo no solo al Gobierno, sino a la democracia. “Para el Gobierno el diálogo es su herramienta fundamental; continuaremos trabajando con los sectores de la Costa y de las grandes mayorías”.
Molina agregó que las conversaciones son legítimas, pero cree que deben tener un propósito para concretar resultados. “Diálogo de forma puede haber y no es una mala estrategia a corto plazo, no obstante, los resultados a largo plazo no serán muy positivos porque no habría beneficios concretos bilaterales, solo uno de forma unidireccional, que sería evitar un mal mayor y eso solo beneficiaría al gobierno actual”.