El defensor del Pueblo, Freddy Carrión, se tomó las tres horas que tenía para defenderse en el juicio político impulsado en su contra por Ricardo Vanegas, de Pachakutik, y Yeseña Guamaní, de la Izquierda Democrática (ID).
En la última parte de su intervención, acusó a sus interpelantes e incluso al primer vicepresidente de la Asamblea, Virgilio Saquicela, de buscar “repartos” en la Defensoría detrás de este proceso de control político.
“Conforme a lo que demostraré (con este juicio político) esconden y tienen propósitos más oscuros, como el reparto y la entrega de cargos en la Defensoría del Pueblo a cargo de dichos asambleístas”, dijo Carrión.
Saquicela lo escuchaba a menos de dos metros, en el estrado que debía ocupar la presidenta de la Asamblea, Guadalupe Llori (PK), quien abandonó el hemiciclo mientras se presentaban las pruebas de cargo y de descargo.
Cuando Carrión abandonaba el hemiciclo, custodiado por policías, Saquicela rompió el esquema del juicio político para, según dijo, salir en defensa de la institucionalidad de la Asamblea.
“Al señor Carrión hay que aclararle algunos temas: aquí no se puede venir lodo con ventilador y a intentar ofender, señor Carrión, a la Asamblea Nacional y a sus asambleístas; usted es un calumniador, un calumniador con mayúsculas. Yo le conmino a usted a que me demuestre que el defensor del Pueblo de Loja (es mi familiar)”, expresó.
Lo acusó de mentirle al país. “Yo hoy día le conmino que demuestre que el Defensor de Pueblo de Loja… es mi sobrino o es mi primo o mi pariente. Si usted me demuestra, renuncio a la Asamblea Nacional, yo no le conozco al caballero. Y usted no puede venir aquí porque coincida un apellido a aventurarse”, acotó.
“Ojalá cuando le ponga el juicio por calumnias no diga que ha venido comiendo alitas de pollo”, agregó, en referencia al argumento de Carrión de que había sido “drogado” en el altercado en el departamento del exministro de Salud, Mauro Falconí, que terminó en su detención por supuesto abuso sexual el pasado 16 de mayo.
Tanto Guamaní como Vanegas desvirtuaron las expresiones de Carrión, aunque se abstuvieron de usar los 60 minutos que tenían para su réplica, tras defender los argumentos para que sea censurado por supuesto incumplimiento de funciones.
Los interpelantes consideraron que con este proceso de control político lograron demostrar que Carrión no cumplió con sus funciones de proteger los derechos humanos de las personas y mal utilizó carros del Estado y funcionarios públicos.
Sin embargo, Carrión insistió en que el proceso en su contra “es fraguado”. “Me presento a ustedes, ante el Pleno de la Asamblea Nacional, con el objetivo de transparentar la verdad de lo sucedido el 15 y el 16 de mayo del 2021 que son la base de las acusaciones que se me imputan para alegar un supuesto incumplimiento de funciones. Han mencionado durante el desarrollo del proceso político, que no se quiere involucrar ni mucho menos topar el presunto delito de abuso sexual, pero todas las pruebas se relacionan con ello”, dijo.
Entre aplausos del bloque correísta, Carrión señaló que la situación que enfrenta es producto del informe y la posterior denuncia por delitos de lesa humanidad que presentó en febrero pasado contra funcionarios del Gobierno del expresidente Lenín Moreno por las protestas de octubre de 1019.
“Más que nada en esto hay que decirle al país, de frente al pueblo ecuatoriano. Lo que se pretende es invalidar un informe de octubre de 2019, una denuncia de delitos de lesa humanidad interpuesta por quien comparece ante ustedes y evitar que exista juzgamiento y sanción a quienes han cometido graves violaciones a los derechos humanos, inclusive delitos de lesa humanidad”, dijo.
Además, hizo una rendición de cuentas y agradeció a su esposa, Priscila Schetini, por su respaldo.
El funcionario regresó a la cárcel 4 de Quito, en donde permanece detenido desde mayo pasado y en el Pleno se abrió el debate en una maratónica sesión que tomó más de 12 horas.