Pobladores de la zona de Piedra Fina caminan al filo del peligro

El derecho de vía de los oleoductos también es una opción para ir de San Luis a El Reventador. La caminata toma más de 1 hora. Foto: EL COMERCIO

Los pobladores de El Chaco, San Luis, El Reventador, Lumbaquí y otros poblados del límite provincial entre Napo y Sucumbíos arriesgan sus vidas para ir a trabajar, a comprar alimentos, visitar a sus parientes o hacer trámites.

Desde el colapso de un tramo de la vía E45, Quito-Lago Agrio, en la zona del río Piedra Fina en diciembre del 2021, la única forma de llegar a sus destinos es caminando.

Lo pueden hacer entre las rocas erosionadas al filo del río Coca o por el derecho de vía de los oleoductos, en la cordillera. Las dos opciones son peligrosas.

El sector de Piedra Fina se ha convertido en el epicentro de la erosión regresiva y lateral que se registra desde hace cerca de dos años en el río Coca y sus afluentes.

El pasado 10 de diciembre, el fenómeno llegó hasta la carretera y se llevó 200 metros de mesa asfáltica. Además, se fue una gran parte de la peña y los tres oleoductos.

Desde esa fecha, el paso vehicular está cerrado. El puente sobre el río Piedra Fina es la única infraestructura que ha permanecido, desde ahí se puede observar el gran abismo que ha dejado la erosión.

Narcisa Macías se quitó los zapatos y se arremangó el pantalón para cruzar el río Piedra Fina, un afluente del Coca, el pasado 31 de enero. Foto: EL COMERCIO

Justo en ese sitio se encontraba Juan Morales la mañana del pasado lunes 31 de enero del 2022. El hombre, de 70 años, había salido desde muy temprano desde El Chaco para ir a su finca en la parroquia de Lumbaquí. Aunque la lluvia era permanente, él se calzó sus botas de caucho, tomó la tonga que le había preparado su esposa y emprendió el viaje para ir a trabajar en sus cultivos.

Hasta San Luis llegó en vehículo y desde ahí debía caminar hasta la parroquia El Reventador, para luego avanzar a Lumbaquí. Morales se unió a un grupo que iba a hacer el mismo trayecto, pero cuando subieron por la montaña, el sendero se tornó peligroso y el adulto ­mayor desistió del viaje.

“Está muy peligroso, voy a esperar a que escampe y baje el río para cruzar por la orilla”, señaló. En ese momento, un grupo de obreros de una contratista que trabaja en el lugar iba a cruzar por los oleoductos. Morales se unió a ellos.

Subieron una cuesta empinada lodosa y llena de piedras. Desde la cima de la montaña se puede observar el atractivo paisaje que deja ver el Parque Cayambe-Coca. El trayecto incluye tres montañas y dos ríos. Los más expertos lo hacen en una hora; pero hay quienes se demoran más. Morales caminó con firmeza y logró su objetivo.

Por la orilla del río Coca el trayecto es más corto, los pobladores lo pueden hacer en una media hora, pero el peligro es inminente. Narcisa Macías, Gonzalo Salazar, José Hurtado, Blanca López y su bebé coincidieron en el cruce del río Piedra Fina antes del mediodía del lunes. Ellos venían desde El Reventador y se dirigían hacia El Chaco. Ya habían recorrido la mitad del camino entre las rocas.

Richard cruzó por la orilla del río Coca cargando su mochila y un saco de alimentos para su familia. El trayecto lo hace en 30 min. Foto: EL COMERCIO

A esa hora ya había dejado de llover, pero la corriente del Piedra Fina era fuerte y los caminantes decidieron esperar que baje un poco.

Cerca de la 12:00 parecía que iba a volver a llover, así que tuvieron que retomar el viaje. Narcisa y Gonzalo se sacaron los zapatos y se remangaron los pantalones para no ensuciarse, ya que debían llegar al Municipio de El Chaco a realizar trámites. José llevaba botas, así que le era más fácil continuar.

Blanca y su bebé no cruzaron. La madre decidió regresar a su casa en Lumbaquí, para no arriesgarse.

Si los pobladores no caminan el peligroso tramo, les toca ir en vehículo a Lago Agrio, de ahí al Coca para luego regresar El Chaco. El viaje les tomaría unas 10 horas.

El ministro de Obras Públicas, Marcelo Cabrera, aseguró que está en construcción una variante provisional de 8 kilómetros que permitirá la movilidad en la zona. La obra concluiría en junio.

La solución definitiva será la construcción de la vía por la margen derecha del río Coca. El tramo será de 80 km y concluirá en unos 24 meses, dijo Cabrera.

El Colegio de Ingenieros Civiles de Pichincha señaló que se habla de la solución por la margen derecha desde 1987, tras el terremoto de ese año, y que incluso hay estudios preliminares pero no se ha tomado la decisión de construirla. Además, criticaron que la obra se demore 24 meses, cuando se pudiera realizar en máximo un año.

Solución vial

La variante provisional de 8 kilómetros está en construcción, estará lista en junio de este año y tendrá un costo aproximado de USD 10 millones. La vía será de tercer o segundo orden y permitirá conectar a los pobladores
de la zona.

La solución definitiva de esta vía tendrá una extensión de 80 kilómetros y se construirá por la margen derecha del río Coca. Está previsto que su costo alcance los USD 140 millones. Estará lista en dos años. 

Profesionales del Colegio de Ingenieros Civiles de Pichincha visitarán la zona, por pedido de las autoridades de El Chaco, para intentar salvar el puente sobre el río Piedra Fina, que es la única infraestructura que no ha colapsado con el fenómeno.

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