Hoy se debate mucho en el Ecuador sobre la necesidad de reducir el gasto público. ¿Es necesario controlarlo?
Es un debate complejo. La teoría económica aconseja que el gasto de inversión tiene más efectos en el crecimiento en el largo plazo que el gasto corriente. Los gastos en infraestructura, transporte, salud, educación, etc., generan resultados en el largo plazo. Pero es complejo determinar su efectividad en el corto plazo.Ahora bien, estoy de acuerdo que el gasto público debe expandirse cuando hay crisis, pero con cautela. Las economías que más éxito han tenido son las que han sido cautas con el gasto público. Porque al final alguien debe pagar, si no es nuestra generación, será la de nuestros hijos. Por eso, es necesario ver las secuelas en Grecia o Irlanda, y saber que hay que tener cuidado con el gasto.
¿Esta ‘guerra de divisas’ que se vive en el mundo actualmente tiene que ver con la necesidad de protegerse de un posible contagio del mal manejo fiscal?
Es evidente que hay desequilibrios todavía, pero no creo que hay una guerra de divisas. Fricciones, sí, pero no guerra, son solo disparos de fogueo, porque se sabe que una guerra de divisas real es muy perjudicial. De la Gran Depresión se sacaron dos enseñanzas: la una es que las políticas proteccionistas llevan a un saldo negativo. Y la segunda enseñanza fue que, efectivamente, hay que estimular la economía a través de una política fiscal expansiva, pero que cuando esta ya coge estabilidad, hay que volver a apretarse el cinturón y frenar el gasto público.
¿Para los inversionistas, la crisis mundial del 2009 ya es un capítulo cerrado?
La salida de la crisis es definitiva. No se ve lo que los economistas llaman la ‘recesión W’ (una recaída de la crisis). Ya se siente un crecimiento del empleo, aunque sea lento y las economías registran crecimientos, unas más que otras. De hecho, en los siguientes años se prevé que los países en vías de desarrollo sigan creciendo a tasas más altas que los desarrollados. Se viene un reajuste del poder económico, con una mejor repartición de la riqueza mundial. En estos momentos, los inversionistas llevan sus capitales a las economías emergentes. Eso dará una mayor estabilidad a las economías y se verá mayor número de personas de clase media.
Entonces, ¿por qué el nerviosismo aún en la Unión Europea (UE) y en EE.UU. por aplicar reformas que ayuden a salir de los problemas?
En el caso de EE.UU., es la economía más importante del mundo y tiene aún que aplicar reformas. Barack Obama ha conseguido nuevos paquetes fiscales y reformas en el Congreso que van a tener impactos positivos.
Europa camina por dos vías: la una, por donde caminan países como Alemania, que se benefician de las exportaciones a Asia y que tienen un sector muy competitivo a nivel industrial. La otra es por donde van las economías periféricas como España, Portugal, Grecia, Irlanda e Italia. En estas naciones se viven las consecuencias de un gasto público excesivo y ahora está pasándoles factura.
El sector financiero también se ha resentido. ¿Tambalea su solidez, dada la serie de quiebras bancarias en varios países desarrollados?
La crisis económica puso de manifiesto que la regulación financiera no fue la adecuada. Mercados como el británico, que se pensaba que eran muy adelantados en términos de industria financiera, dejaron al descubierto muchas fallas en la regulación, Eso dejó grandes pérdidas y es peligroso porque el sector financiero es clave para el funcionamiento de una economía, por lo que debe ser muy bien regulado. Hay muchas cosas que cambiar y por eso en el marco de las normas de Basilea III habrán muchas medidas para que las crisis en los bancos no arrojen un alto coste.
Pero hay otro problema en proceso. ¿El incremento de los precios internacionales de las materias primas llevará al planeta, en el corto plazo, a una nueva crisis?
No creo que haya problemas en el corto plazo. considero que sí hay que vigilar el problema en los efectos sobre la inflación, pero, repito, no veo mayor problema. Al contrario, considero que las economías productoras de materias primas tienen una gran opción de vender más. Esa bonanza durará más tiempo.
¿Y cómo se ve a la economía ecuatoriana desde los mercados internacionales?
Me ha sorprendido el impulso que se está dando a la educación superior. Los docentes con los que he conversado tienen un alto nivel. Pienso que el Ecuador tiene un gran potencial si aprovecha sus ventajas naturales y la capacidad de su gente.