Sector manufacturero es el más sensible en acuerdo comercial con China

Este año Ecuador espera concretar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, que permita ampliar las relaciones comerciales existentes. Foto: Archivo EL COMERCIO
Este año Ecuador espera concretar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con China, que permita ampliar las relaciones comerciales existentes.
China es el segundo destino de las exportaciones no petroleras, que entre enero y noviembre de 2021 crecieron 5% en comparación a igual periodo de 2020. No obstante, existe un déficit de USD 1 851 millones en la balanza comercial de este tipo de productos, ya que son mayores las importaciones que hace Ecuador, sobre los envíos. Este se ha ido reduciendo en los últimos cinco años.
En países de la región (Costa Rica, Chile y Perú) que tienen acuerdos con dicho país, la tendencia se ha revertido y se ha logrado un superávit comercial, principalmente de la industria extractiva y agrícola. Pero se ha dejado de lado el crecimiento del sector de la manufactura, dijo Andrés Robalino, director ejecutivo de la Cámara de Industrias, Producción y Empleo de Cuenca (Cipem).
Para evitar una desventaja comercial, Felipe Ribadeneira, presidente de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor), afirmó que se deberán analizar los sectores sensibles, plantear su exclusión y, en caso no se pueda, proponer los períodos máximos de desgravación arancelaria. Así lo ha hecho Perú, por ejemplo, que excluyó la industria textil y de calzado del acuerdo, dijo el directivo.
Entre las primeras acciones para avanzar en el acuerdo se trabajará en los términos de referencia durante las próximas semanas. En esta fase, el país determinará las reglas de la negociación en alcance, profundidad y materias que se van a negociar.
Luego de esto se activa el equipo negociador especializado y se define el cronograma de las rondas de negociación, que serán virtuales y presenciales, según las condiciones de bioseguridad de cada país.
Dentro de la negociación también se activará el ‘cuarto adjunto’, un mecanismo que facilita la participación y acompañamiento técnico del sector productivo en el desarrollo de los diálogos dentro de la negociación.
Oportunidades
Las industrias extractivas, como el petróleo y los minerales, y los sectores agroexportador y agroindustrial son los que tienen mayor proyección de crecimiento, dentro de un acuerdo comercial. Ribadeneira explicó que es importante aprovechar la capacidad de consumo del gigante asiático, sobre todo, para la exportación de productos elaborados y listos para consumir como conservas de alimentos, deshidratados, pulpas de frutas, entre otros.
Los sectores que actualmente exportan a ese país, como el camarón, banano, rosas o frutas no tradicionales, ven una oportunidad para mejorar las condiciones arancelarias y parancelarias vigentes para el ingreso a China. Por ejemplo, los aranceles que pagan las exportaciones actualmente son de hasta el 30%.
José Antonio Camposano, presidente del directorio de la Corporación de Gremios Exportadores del Ecuador (Cordex), señaló que el reducir o eliminar barreras arancelarias permitirá atraer mayores divisas y generar más empleo.
En este sentido, el Gobierno afirmó que con el TLC espera duplicar las exportaciones hacia el mercado chino y ampliar el mercado en cerca de USD 1 000 millones.
Una oportunidad que ve el sector industrial con el acuerdo es la transferencia tecnológica. Robalino acotó que sería beneficioso si se incluye dentro del acuerdo estos procesos a menores costos y sin pagar aranceles. “La mejora en la tecnología se traduciría en una mayor productividad industrial. Si a eso se suman políticas de competitividad, Ecuador podría enfrentar un acuerdo comercial con China de mejor manera”, afirmó.
Amenazas
Uno de los sectores con mayor sensibilidad dentro del acuerdo es el de la manufactura. Ramiro Garzón, presidente de la Federación Ecuatoriana de Industrias del Metal (Fedimetal) dijo que se teme que el acuerdo provoque una desindustrialización paulatina.
Esto debido a que llegue una ‘avalancha’ de importaciones chinas a menores precios, que generen desventaja a la industria nacional. Ribadeneira señaló que existen sectores que no están en igualdad de condiciones para competir con la industria china, que es masiva y a gran escala.
Por esta razón, también el sector estima que no encontrará espacio para incursionar dentro del mercado chino. “Es imposible pensar que a ese país se le puede exportar un neumático, una refrigeradora, una cerámica, un automóvil y otros afines”, afirmó Robalino.
En este sentido, el directivo consideró que la oferta industrial tiene que entrar en la canasta de mayor sensibilidad, con un periodo de al menos 15 años de desgravación arancelaria. Garzón consideró incluso que algunas partidas deben ser excluidas; pero no existen garantías de que esto se tome en cuenta, porque no se lo ha hecho en otras negociaciones como con México, explicó.
Otro problema es la asimetría en los costos de producción que existe entre las industrias de ambos países, que en el caso de Ecuador son más altos que los de China. Ahora existen mayores costos de insumos, manos de obra y de carga impositiva, afirmó Robalino. Por eso, consideró que se debe ya implementar la agenda de competitividad.