El aguacate es un alimento que está disponible durante todo el año.
En el país se cultivan algunas variedades que provienen de tres tipos: guatemalteco, mexicano y antillano, explica Wilson Vásquez, líder de floricultura del Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (Iniap).
Las dos primeras florecen en los valles interandinos, entre los 1 200 y los 1 300 metros sobre el nivel del mar, y el antillano se encuentra en la Costa.
Según el III Censo Agropecuario, hecho en el 2002, en el país había 7 800 hectáreas sembradas de este fruto originario de Centroamérica.
La especie de mayor acogida en el país es guatemalteco o fuerte. “El 80% de esta variedad proviene de la zona entre Guayllabamba, en el norte de Pichincha, y el cantón Mira, en el sur del Carchi”, dice Vásquez.
En el callejón interandino también se produce el aguacate nacional o criollo, que es la variedad mexicano.
El aguacate antillano solo se consume en el Litoral. No tiene mayor importancia comercial, según Vásquez.
En los últimos años se ha incrementado el cultivo de aguacate hass, una fruto creado en el laboratorio, a través del cruce de las variedades mexicana y guatemalteca.
Su importancia radica en que tiene una creciente demanda en el mercado internacional, comenta Robert Flick, productor imbabureño. “Mientras que el kilo de aguacate a pie de finca en Ecuador bordea de USD 0,60 y USD 0,70, los precios se triplican en Europa, y en Bogotá (Colombia), bordean USD 1,20”.
Eso empujó a varios productores de la Sierra norte a organizarse. “Actualmente Chile exporta a Estados Unidos y a Europa. Nosotros estamos a mitad del camino, por lo que podemos ser más competitivos”, asegura. Actualmente el 90% de la producción nacional se destina a los abastos de Quito, Guayaquil y Cuenca.
El guatemalteco es el más demandado
El fruto tiene la forma de una pera. Mide en promedio de 15 a 18 centímetros de largo. Su piel es verde y poco rugosa. A diferencia de las otras variedades, no cambia de color al madurar.
Este aguacate subsiste un máximo de 10 días tras haber sido cosechado, por lo que es ideal para ser comercializado en el mercado nacional. Luego de ese tiempo se pudre.
Es un producto de pulpa suave y agradable.
Esta variedad es la más apetecida tanto en la Sierra como en la Costa. Posee menor cantidad de aceite que las variedades hass y mexicano.
La contextura de la pulpa es muy suave, casi aguada, por lo que también se le denomina mantequilla de la selva. Se la usa para la elaboración de comidas gourmet especialmente mexicana.
El criollo o nacional es muy delicado
Este aguacate tiene la forma redonda y es más pequeño que el guatemalteco.
Su semilla ocupa la mayor cantidad de espacio, por lo que tiene poca pulpa.
La cáscara es de color negra, suave y delicada. No resiste tanto la manipulación.
A pesar de ello, esta variedad es apreciada por los técnicos, que la utilizan como porta injerto, pues es resistente a las enfermedades que atacan a la planta.
Tiene el fruto pequeño. A pesar que tiene buen sabor es poco apetecido por la poca comida que ofrece.
Este fruto nativo se encuentra de forma silvestre en el valle del Chota. A pesar de que es poco comercial se encuentra en las ferias populares. Hay personas que aprecian su sabor, aunque la pulpa tiene muchas fibras.
El hasses resistente y se exporta
Este fruto tiene la piel gruesa y rugosa. Sin embargo, se pela con facilidad.
Cuando adquiere la madurez fisiológica se cosecha en color verde, pero cuando está lista para el consumo la corteza se pone negra.
Esta coloración evita que la fruta sea aplastada por los consumidores para comprobar su estado de maduración.
Si es guardado a 12 grados centígrados puede resistir de 15 a 30 días, lo que lo hace ideal para transportarlo a los mercados internacionales.
Es un producto apreciado por la industria alimenticia y cosmética, por su mayor concentración de aceite.
Es una variedad híbrida de California, EE.UU. Llegó a Ecuador en 1960.
Varios usos
A diferencia de los cultivos antiguos que permitían que las plantas de aguacate crecieran sobre los 10 metros de altura, ahora los huertos están conformados por matas, cargadas de frutos, que no superan los dos metros.
El aguacate se consume al natural en trozos o en ensaladas. Pero también se prepara como puré .
En algunas regiones del país además se hace batido con leche y azúcar, y helado. También se usa su aceite como condimento.
El productor Roberto Flick tiene, por ejemplo, 500 plantas por hectárea, lo que le asegura una cosecha de
25 000 kilos al año. “Una de las ventajas de cultivar aguacates es que no requiere mayores cuidados y se está cosechando durante todo el año”, dice.
Según los técnicos, un árbol bien manejado puede producir entre 1 500 y 2 000 aguacates en una cosecha anual. (Un promedio de dos aguacates suman un kilo).
Las propiedades
Al aguacate se le atribuye la capacidad de vitalizar el sistema inmunológico. Su consumo mejora la visión y protege a las células de los daños que causa el estrés.
Por su aporte de antioxidantes se recomienda a quienes tienen mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. Las grasas monoinsaturadas de este producto reducen el colesterol.
Esta fruta posee 10 vitaminas, entre las que se destacan la E y el ácido fólico. También 10 ácidos grasos, destacándose los Omega-9, 7, 6 y 3.
Para evitar la caída del cabello y darle brillo se frota la pulpa del fruto maduro a manera de jabón sobre el cabello.
Después de 15 minutos se enjuaga con agua tibia.
A este fruto se le atribuyen propiedades afrodisíacas. Quienes creen en ellas recomiendan comer la pulpa con azúcar. Esto, científicamente, no está comprobado y, por ahora, es un mito.