Vladímir Putin parece regresar al pasado más soviético de su país. Esto debido a la gira exterior contra la hegemonía de Estados Unidos en el mundo que le llevó a Corea del Norte y Vietnam, dos regímenes comunistas de partido único que miran al espejo de China.
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“Tanto Rusia como Corea del Norte defienden una política exterior independiente y no aceptan el lenguaje del chantaje o el dictado”, proclamó Putin.
La gira del jefe del Kremlin fue un auténtico viaje a la nostalgia. Estuvo adornado con banderas rojas, canciones soviéticas, encuentros entre camaradas comunistas, discursos antioccidentales, culto a la personalidad de Putin y estatuas de Ho Chi Minh y Kim Il-sung.
Putin es un creyente confeso que reconoce que nunca rompió el carné del Partido Comunista de la Unión Soviética. Siempre criticó a Lenin y Gorbachov, pero alabado a Stalin, lo que satisface a los comunistas más acérrimos.
Desde que la Corte Penal Internacional dictara en marzo de 2023 una orden de arresto contra Putin por supuestos crímenes de guerra en Ucrania, cada viaje al exterior de Putin se planea con extremo cuidado. Las visitas a Pionyang y Hanoi duraron menos de 24 horas cada una.
Corea del Norte, asistencia militar mutua
El principal acuerdo alcanzado durante la histórica visita de Putin a Pionyang fue el acuerdo de asistencia mutua en caso de agresión, que supuestamente compromete a Rusia a acudir en ayuda de su aliado.
Estados Unidos, Corea del Sur y Japón pusieron el grito en el cielo, aunque el tratado es casi idéntico al firmado en junio de 1961 por el entonces líder soviético, Nikita Jruschov.
Según el documento suscrito “si una de las partes es objeto de un ataque armado por parte de uno o varios Estados. Por lo tanto se encuentra en estado de guerra, la otra parte le ofrecerá inmediatamente ayuda militar y de otro tipo con todos los medios a su alcance”.
En el caso del suscrito meses antes de la Crisis de los Misiles de Cuba, dice: “si una de las partes del acuerdo es objeto de un ataque militar por parte de cualquier Estado o coalición de Estados. De esa forma, se encuentra en estado de guerra, la otra parte proporcionará inmediatamente asistencia militar y de otro tipo con todos los medios a su alcance”.
La diferencia radica en que el acuerdo firmado esta semana alude al artículo 51 del estatuto de la ONU y a la legislación rusa y norcoreana vigente.
En cambio, este documento sí se diferencia notablemente del firmado en el año 2000, poco después de que Putin llegara al Kremlin. Ese acuerdo destacaba que en caso de peligro de agresión, las partes firmantes “entrarían inmediatamente en contacto”.