El grupo islamista palestino Hamás, que gobierna de facto en la Franja de Gaza, acusó al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, de fracasar una reunión de reconciliación que iba a producirse hoy en China.
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“El movimiento Hamás respondió de forma muy positiva y con gran responsabilidad a los esfuerzos de China de lograr la unidad nacional palestina. Sin embargo, recientemente el presidente Mahmud Abás se negó a participar en la reunión expandida de las facciones agendada hoy 24 de junio de 2024. Esto llevó a su cancelación”, dijo uno de los líderes del grupo, Husam Badran.
Badran dijo, además, que el presidente palestino no ofreció ningún motivo para cancelar su participación en esta reunión, acordada tras un encuentro bilateral en Pekín en abril. Alentada por las autoridades chinas, que defienden la creación de un Estado palestino como solución al conflicto con Israel.
La agencia Wafa, informó, que Fatah (el partido de Abás), que gobierna partes de Cisjordania ocupada, está comprometido con el diálogo y “trabaja para completar todas las preparaciones para ofrecer el clima apropiado para el éxito de la mediación china”.
Hamás y Fatah enfrentados
Hamás y Fatah están enfrentados desde 2007, cuando Hamás expulsó a las fuerzas de Fatah de la Franja de Gaza, disolvió el Ejecutivo conjunto y tomó el poder a la fuerza tras ganar las elecciones legislativas un año antes. Diversos mediadores, como Egipto, Arabia Saudí, Catar o Rusia, intentaron intervenir para poner fin a la división que se mantiene desde entonces.
Uno de los intentos más recientes fue en 2017, cuando Fatah y Hamás anunciaron, con Egipto como mediador, un acuerdo por el que la Autoridad Palestina retomaría el control de Gaza. Entonces se convocarían a elecciones legislativas y presidenciales, pospuestas ‘sine die’.
En marzo de este año, Abás efectuó un cambio de Gobierno de la ANP como parte de sus esfuerzos para reformarla con un Ejecutivo tecnócrata que pudiera asumir el control de la Franja de Gaza una vez termine la guerra.
Esta reforma estructural era una de las demandas principales de Estados Unidos para que la Autoridad Palestina pueda gobernar en la Franja. Aunque esto no figura en los planes del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, que se niega a ese escenario.