Solicitó a las autoridades de Colombia el derecho a morir para poner fin a la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) y la Justicia le autorizó. Martha Sepúlveda se someterá a la eutanasia el domingo 10 de octubre del 2021 “y está feliz”, dice su hijo.
La mujer pondrá fin a su vida y su caso se convertirá en el primero en el que se autoriza la eutanasia a un paciente que no tiene una enfermedad terminal, tras el fallo de la Corte Constitucional de ese país que le favoreció el pasado 23 de julio.
Colombia despenalizó la eutanasia en 1997 y es el único país de América Latina que permite ese procedimiento regulado en el 2015 por el Ministerio de Salud para pacientes con enfermedades terminales.
Su único hijo, Federico Redondo Sepúlveda, habló con BBC Mundo sobre el caso de su madre. El joven narra cómo asumió la decisión de su progenitora de terminar con su vida, después de que se agravaran los síntomas que padecía.
La esclerosis lateral amiótrófica “es una enfermedad progresiva del sistema nervioso que afecta las células nerviosas en el cerebro y la médula espinal, y causa pérdida del control muscular”, señala la Clínica Mayo en su portal.
Los síntomas de quienes sufren de ELA comienzan con fasciculaciones musculares y debilidad en una extremidad o dificultad para hablar. Además, explica el portal de la fundación, “afecta el control de los músculos necesarios para moverse, hablar, comer y respirar. No hay cura para esta enfermedad mortal“.
Precisamente el agravamiento de su enfermedad fue lo que motivó a Sepúlveda a emprender la petición para terminar con su vida. La decisión de Martha no fue fácil de aceptar. El joven contó que en principio se negó a pensar en esa posibilidad, pues sentía que necesitaba a su madre. Después lo entendió y consideró que sería egoísta pedirle a la mujer, que le trajo al mundo, que sufra por el empeoramiento de un mal que al final le causaría la muerte.
Lo asumió después de que su madre perdiera fuerza en las piernas y tuviera dificultades para caminar hasta dentro de la casa. “A principios de este año empezó a requerir apoyo para ir al baño. Después, había que bañarla, había que vestirla. En ocasiones se le dificultaba comer o cepillarse porque las manos estaban perdiendo demasiada fuerza. Lo peor para ella es ver cómo se deterioraba a tal punto que no puede ser independiente para lo más básico de las actividades cotidianas”, le dijo Sepúlveda a la BBC.
La situación cambió el carácter de Martha y ya no era la mujer feliz que motivaba a su hijo. Sin embargo, la autorización para la eutanasia hizo que su actitud diera un giro. El joven, que estudia Derecho en la Universidad de Medellín, cuenta que la reacción de su madre fue reírse.
“Mi mamá está tranquila y feliz desde que le dijeron que podía morir porque su vida era literalmente un infierno. Ella antes no era así. Antes estaba desesperada, triste y con pocas esperanzas de cara al futuro”.
Martha ha pedido que después de morir la cremen y que luego se realice una misa fúnebre. “Mi mamá va a morir el domingo a las 7 de la mañana. Y está feliz. Está feliz desde que sabe que le van a aplicar el procedimiento eutanásico”, aseguró el joven.