El cardenal-patriarca de Lisboa, Manuel Clemente, fue recibido este viernes 5 de agosto de 2022 por el papa Francisco en una audiencia privada en el Vaticano. La reunión se realiza en medio de la polémica por la supuesta ocultación de casos de pederastia en el seno de la Iglesia lusa.
El Patriarcado de Lisboa explicó en un comunicado que el encuentro, solicitado por el cardenal luso, se realizó “en un clima de comunión fraterna y en un diálogo transparente. Enfocandosé en los acontecimientos de las últimas semanas que marcaron la vida de la Iglesia en Portugal“.
La Institución católica se ha visto envuelta en polémica en el país desde hace varios días, después de que el diario luso Observador revelara que el Patriarcado de Lisboa no derivó a la Policía una denuncia por presuntos abusos sexuales a un menor a finales de la década de 1990.
Además, el sacerdote denunciado en ese caso se mantuvo en activo con funciones en una capellanía hospitalaria.
En 2019, Clemente era patriarca de Lisboa. Él se volvió a reunir con esa víctima, que no quiso divulgar el caso, alegó el cardenal en una carta abierta. Él defendió que se tomó “una decisión teniendo en cuenta las recomendaciones civiles y canónicas vigentes“.
“No entendí, como no entiendo hoy, haber estado delante de una renovada denuncia de la hecha en 1999. Si así hubiera sido, la misma habría sido remitida a la Comisión Diocesana y habrían sido cumplidos todos los procedimientos recomendados hasta la fecha”, explicó.
El Patriarcado de Lisboa añadió que el sospechoso está “actualmente hospitalizado y cesó funciones en el centro hospitalario donde trabajaba”.
Más implicados
Una investigación periodística divulgada hoy por el diario Expresso añade que, además de Clemente, al menos dos conocidos obispos de Portugal ocultaron a la Policía y la Fiscalía denuncias de abusos sexuales a menores en el seno de la institución católica.
Junto a Clemente, habrían tenido conocimiento de quejas de abusos por parte de sacerdotes. Ellos no comunicaron sus sospechas ni a la Policía Judicial ni a la Fiscalía. Se trata del obispo de Guarda, Manuel Felício, y el obispo emérito de Setúbal, Gilberto Reis, entre otros.
La investigación recoge también testimonios de un sacerdote que denuncia a 12 colegas -6 aún en activo- por sospechas de abusos sexuales a menores de edad.
El denunciante, según Expresso, realizó su primera denuncia en 1997 sobre abusos, pero no tuvo respuesta por parte de la jerarquía de la Iglesia, aunque eso no le hizo desistir y siguió recopilando testimonios que ahora ha trasladado a la Comisión que investiga los abusos en Portugal.
Portugal vive este año su primera investigación a gran escala de casos de abusos en el seno de la Iglesia. Las investigaciones van centradas en agresiones a menores de edad, en un país donde más del 80% de la población se declara católica.
La Comisión que estudia estos abusos a menores en el país ha recibido en seis meses cerca de 350 denuncias.
De los centenares de denuncias notificadas, solo 17 han sido derivadas a la Fiscalía porque los delitos no han prescrito o tienen posibilidades de prosperar.
Está previsto que este viernes dicha comisión se reúna con el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, que el jueves 4 de agosto defendió que “hay que llevar la investigación hasta el final, tarde lo que tarde”.
“Lo que mata las instituciones es el miedo a apurar la verdad“, insistió. “Descubrir, denunciar y castigar es una capacidad de un Estado de Derecho vivo”.