Monseñor Gonzalo López Marañón murió en Angola

Monseñor Gonzalo López Marañón fue Obispo del Vicariato Apostólico de la provincia de Sucumbíos, en la Amazonía del Ecuador. Murió en Angola. Foto: Archivo/ EL COMERCIO

Monseñor Gonzalo López Marañón fue Obispo del Vicariato Apostólico de la provincia de Sucumbíos, en la Amazonía del Ecuador. Murió en Angola. Foto: Archivo/ EL COMERCIO

Monseñor Gonzalo López Marañón fue Obispo del Vicariato Apostólico de la provincia de Sucumbíos, en la Amazonía del Ecuador. Murió en Angola. Foto: Archivo/ EL COMERCIO

Monseñor Gonzalo López Marañón, quien fuera Obispo del Vicariato Apostólico de la provincia de Sucumbíos murió en Angola, en donde residía en la actualidad.

El sacerdote español presidió la iglesia de San Miguel de Sucumbíos por más de 40 años, hasta que a finales del 2011, a los 75 de edad, presentó la renuncia al papa Benedicto XVI. Durante el tiempo que duró su servicio, los Carmelitas descalzos, orden a la que Mons. López perteneció, construyeron un modelo de iglesia con un fuerte enfoque social, con activa participación de indígenas, afrodescendientes y mujeres.

Carta del Obispo de Luena, Don Tirso, sobre la muerte de Mons. Gonzalo

Estimado Padre Joaquim: le deseo salud y paz

El 28 de abril de hojas salí para un largo viaje. Dejé a Don Gonzalo con buen humor y con muchos planes para Calunda, su tierra de misión. Quedé de acuerdo con él, pues tenía todo muy bien organizado: cocinera, conductor, y pastoral tan sólo en la sede Calunda. Durante mi viaje supe que tenía una muy fuerte malaria que asola toda Angola y también nuestra provincia de Moxico. Agrava la situación su diabetes.

Al llegar a Luanda hablé con la directora clínico del Hospital (de Luanda) y me dijo que se estaba recuperando bien. Cuando llegué en el domingo 1 de mayo todavía se encontraba en el hospital. Fui a visitarlo y se encontraba en un buen estado de ánimo y dispuesto a seguir sus proyectos. Ya tenía el proyecto de ir a Fátima y ayudar al Ministerio de la Reconciliación, desistiendo de su querida Calunda. Dos días más tarde se le dio de alta y se quedó en el Obispado.

Él se estaba recuperando bien y el médico, el Dr. Ignacio, cubano, hacía regularmente sus visitas a D. Gonzalo. Le dijo que tomaría un tiempo todavía para poder regresar a la misión, pero que se estaba recuperando lentamente, de acuerdo con su edad. Con los sacerdotes teníamos decidido esperar un poco para que se recuperara algo más de su salud, para que pudiese hacer frente a un viaje largo, y que pudiera ir a Portugal o España para recuperarse mejor.

Caminaba al principio con dificultad, debido a los mareos propios de la malaria, y, ya en estos días un poco mejor; asistía a los partidos de fútbol por la noche en la sala de televisión, el Real Madrid, el Atlético.

Hoy, 07, salí para Luanda para una actividad relacionada con la Jornada de las Comunicaciones Sociales, demasiado pronto, porque el avión se va antes de las 7 am. Él tomó el desayuno, pero su estómago lo rechazó. Le llevaron el almuerzo, pero no comió nada, quejándose del estómago. Le dejaron reposar y luego en la hora de la merienda, ya no respiraba.

El cuerpo fue llevado a la morgue municipal. Se lo comunicamos a los misioneros, a la presidencia de la CEAST (Conferencia Episcopal de Angola y Santo Tomé), y a la Nunciatura. Nos pusimos en contacto con la Embajada de España, que está tratando de comunicarse con los Carmelitas de España. Sin embargo, no tenemos direcciones de la familia para comunicarles.

Mi impresión personal es que se quería quedar en la misión, y cuando se dio cuenta que ya no podía volver, se rindió.

Estuvo todo el tiempo espiritualmente sereno, me decía siempre que rezaba mucho por mí. Y lo creo. Estoy muy agradecido a la Dra. Jorgina, al Dr. Ignacio, al Sr. Walter Gamarra, que se hizo cargo con dedicación increíble, a la voluntaria Vera y a los seminaristas del Seminario Don Puaty, que estuvieron junto a él todo el tiempo que permaneció en el hospital.

En Cristo Jesús.

+ Tirso

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